Vitoria. Regresa el Deportivo Alavés al lugar del crimen, al campo en el que el pasado curso enterró casi todas sus opciones de clasificarse para el play off. Apenas han pasado siete meses desde aquel partido de infausto recuerdo ante el Amorebieta, un empate inútil que solo sirvió para estirar la agonía, y el rostro albiazul ha mutado del gesto sombrío a la sonrisa alegre. Los colores son los mismos, el nombre del club también, pero muchas, casi todas, son las cosas que han cambiado en tan breve espacio temporal. Ahora, tras ese cambio radical, El Glorioso pretende asestar un golpe de mano al Grupo II en el mismo escenario, Urritxe, donde la pasada temporada dilapidó sus opciones de dar lustre a su campaña.

La oportunidad que se le presenta al equipo de Natxo González se presenta en bandeja de plata. La opción de romper en pedazos el grupo, de dejarlo prácticamente en una batalla cara a cara solo con el Eibar como rival. Por mucha temporada que quede por delante, por mucho aventurar que parezca, una victoria en Urritxe supondría un golpe de mano casi definitivo a la fase regular del curso, ya que el Amorebieta es, junto al cuadro armero, el gran rival que tiene el Alavés dentro de este lote tan desequilibrado, en el que la fractura entre el grupo cabecero y el resto es evidente.

Eso sí, al conjunto vitoriano, ante tamaño duelo, no se las van a poner como a Fernando VII, ya que ni el Amorebieta es uno de los cortesanos del monarca ni Urritxe es el tapete de una mesa de billar. La carambola habrá que buscarla por méritos propios porque el oponente es de los que quitan el hipo y hacen sudar todo lo sudable para obtener en su campo un resultado positivo, aunque sea un empate.

Y es que el equipo vizcaíno, revelación la pasada temporada y proyecto consolidado y con aspiraciones en la presente, basa gran parte de su potencial en su fortaleza como local. El pasado curso, el que supuso su estreno en Segunda B, solo cedió una derrota en Urritxe, sabor que ni siquiera conoce en la presente campaña. Tras casi un año como invicto en su feudo, el Alavés, el mejor visitante del grupo, pretende acabar con esa condición y, de paso, suturar la enorme herida que se produjo hace apenas siete meses en la visita a la localidad del valle de Arratia, donde dejó escapar tras el descanso dos goles de ventaja, dos puntos y sus opciones reales de clasificarse para el play off.

Todo ha cambiado el presente curso y el Alavés llega a este partido con la oportunidad de dar un estacazo a la clasificación del grupo mandando a uno de sus grandes rivales directos y actual tercer clasificado a ocho puntos de distancia. La renta puede parecer escasamente significativa con tantos partidos por delante, pero no va a resultar sencillo que los del grupo de cabeza se dejen demasiados puntos por el camino este año.