Vitoria. El primer partido en el que José Mourinho se enfrentó al Barça como técnico del Real Madrid le cayeron cinco. A Natxo González, que diseñó un planteamiento más valiente pero que acabó cediendo a la lógica, un par menos. El técnico pudo abandonar satisfecho Mendizorroza. A pesar de la jornada festiva, de la buena imagen que sus pupilos arrojaron al mundo del fútbol y de que pudo reencontrarse con su amigo Tito Vilanova, le habría gustado dar la sorpresa. Aunque sabía que era casi imposible.

El preparador del conjunto albiazul tuvo ocasión de saludar al hombre que ha heredado la maquinaria futbolística más perfecta del planeta y al que tiene por amigo. Pocos minutos antes de que arrancara el choque, ambos se fundieron en un abrazo de complicidad. Dio la impresión de que Natxo le miraba pidiéndole compasión, aunque en su fuero interno, como ya dejó claro los días previos, el técnico vitoriano era el primero que quería transmitir la idea de que el Alavés podía salir victorioso, al menos, en el partido de ida. Y en cierto modo, a su juicio, lo consiguió. "Lo que teníamos enfrente... Son muy buenos. Estamos hablando de jugadores de primer nivel mundial, campeones del mundo, de todo", se expresó en sala de prensa tras el choque González, que alabó a sus jugadores: "Me voy cómodo. Hemos aguantado. Venimos de un partido duro en Logroño, repitiendo jugadores. Hemos estado muy a la altura. Me voy contento de verdad", concedió.

Ante todo, el orgullo que se respiraba en el vestuario derrotado tenía tanto que ver con lo que se vivió fuera del césped como con lo que se vio dentro. "Por esta gente daríamos la vida, para que se sintieran orgullosos de nosotros", se arrancó Natxo. "A mis jugadores les he sido claro antes del partido. Les he dicho que disfrutaran y se sintieran de Primera. Yo me he sentido un entrenador de Primera", expuso.

El preparador albiazul, que no quiso hablar del arbitraje -"Las imágenes dirán", se limitó a señalar-, reconoció que lo vivido ayer no será fácil que pueda repetirse a corto plazo. "Ha sido espectacular. La verdad es que son de estos momentos que uno se llevará para siempre", zanjó.

Su amigo Vilanova, por su parte, fue parco en palabras. "Creo que hemos tenido el partido controlado en todo momento, aunque el Alavés ha hecho un muy buen partido", manifestó.

Por último, el máximo accionista del Alavés, Josean Querejeta, se mostró enormemente satisfecho por la respuesta de la afición. "Ha habido un ambiente muy bueno, el campo estaba lleno a tope y creo que la gente ha disfrutado muchísimo, ha vuelto a recuperar las ganas de ver fútbol, que ene sta ciudad se había perdido, pero enfrente teníamos un grandísimo equipo, el mejor de Europa, y al final la diferencia se nota", aseguró Querejeta.