Vitoria. Todo en el entorno del Depotivo Alavés gira alrededor de la visita del próximo martes del Barcelona a Vitoria, pero en el seno del vestuario albiazul se tiene bien claro que esa es una fiesta futbolística de mucha relevancia mediática pero de escaso premio deportivo. Muhco más exigente e importante es lo que hay en juego esta misma noche en Las Gaunas, un nuevo examen para el equipo de Natxo González, que busca ante la Unión Deportiva Logroñés sacar una buena nota para disfrutar todavía más del jolgorio que se vivirá el martes en Mendizorroza. Y es que, por paradójico y extraño que parezca, lo verdaderamente importante para El Glorioso son los fines de semana mientras que las fiestas se guardan para los días laborables.

Afronta el equipo vitoriano la que puede considerarse como su tercera gran prueba del presente curso. Una sucesión de catástrofes acarreó el suspenso en Eibar, mientras que ante el Huracán y en Valencia el equipo rozó el sobresaliente. Ante el UD Logroñés, otro equipo de enorme calibre que seguramente estará en mayo y junio luchando por el ascenso, le llega al conjunto albiazul una nueva oportunidad de demostrar de qué pasta está hecho.

Y es que, a pesar de no haber firmado un inicio de curso brillante, el equipo dirigido por Pepe calvo es uno de esos llamados a convertirse en protagonista cuando regresen los calores. Una vez más su inicio de curso ha estado por debajo de lo esperado y marcha ligeramente descolgado con respecto a la zona de play off, pero no menos cierto es que es un oponente al que es muy difícil batir y su única derrota ha llegado en los despachos al incurrir en alineación indebida en su duelo contra el Lleida.

Enormemente serio en defensa, donde mantiene la base de la pasada campaña, las cifras que se reflejan en las clasificaciones no se corresponden con la realidad. Y es que, a pesar de que aparezcan en el casillero de goles encajados cinco dianas, la verdad es que los de Pepe Calvo solo han recibido tres goles en lo que va de curso. La trampa se encuentra en ese ya señalado duelo con el Lleida, que sobre el terreno de juego finalizó con 1-1, pero que posteriormente se convirtió en 0-3 para los catalanes al alinear el UD Logroñés al sancionado Víctor Fernández.

El de perforar la meta de Castilla será el principal problema de un Alavés que tratará de mantener su seguridad defensiva ante un oponente al que le está costando marcar goles. Un examen en toda regla ante un aspirante al ascenso que le llega al cuadro albiazul con todavía más problemas de los habituales por culpa de unas lesiones que no dejan, ni mucho menos, de castigarle con dureza.

Lo bueno para este partido es que Natxo González podrá recuperar alguna de las piezas que no habían estado disponibles en los últimos compromisos. Los Salcedo, Luismi y Ayala llevan ya días ejercitándose con normalidad y ayer entraron en una primera convocatoria de dieciocho en la que destaca la ausencia de Agustín, aquejado de unas pequeñas molestias en la rodilla, que se une a los consabidos lesionados Negredo e Miki. Con unos u otros, en un campo en muy mal estado, el Alavés quiere sacar nota antes de su gran fiesta.