Punto y final a la sensacional racha de siete victorias consecutivas, cinco de ellas en Liga, con la que el Deportivo Alavés había estrenado la temporada. La visita a Eibar, un examen de la máxima exigencia, se ha saldado con una abultada y exagerada derrota que ha resaltado al máximo los graves fallos puntuales cometidos por el conjunto vitoriano ante un oponente de esos que no perdonan nunca.

Tras desempeñarse con seriedad durante sesenta minutos, cuando se disponía a dar su zarpazo el equipo albiazul ha cometido cuatro errores garrafales en apenas once minutos que han propiciado los tres goles del Eibar (Diego Jiménez, Arruabarrena y Abaroa) y la expulsión del guardameta Miguel, desgraciado protagonista ayer. El gol final de Manu García solo ha servido para maquillar un doloroso marcador, aunque pese a este tropiezo el Alavés sigue líder del Grupo II.