Vitoria. Natxo González se convirtió ayer en protagonista involuntario de la tarde que estaba destinada a acoger la quinta de su equipo en otros tantos partidos ligueros. El preparador gasteiztarra dio el susto al sufrir un desmayo en el vestuario, mientras daba instrucciones a sus jugadores, minutos antes de la hora fijada para el inicio del encuentro. Aunque en principio no parece que revista gravedad, los servicios médicos del club se apresuraron a trasladar al entrenador del Alavés a la Clínica San José, donde permaneció alrededor de cuatro horas en observación.
"Fue un susto porque nos sorprendió a todos", reconocía al término del partido Luciano, otro de los miembros de la plantilla del Deportivo Alavés que ayer tuvo que ponerse en manos de los doctores como consecuencia de un fuerte golpe. "Esperemos que no sea nada y que pueda volver mañana mismo", deseaba el jugador gallego.
En principio, así debería ser. Fuentes del club aseguraban tras la victoria frente al Noja que el entrenador no deberá tener problemas para ponerse al frente de la plantilla en la sesión de trabajo que en principio estaba prevista para el día de hoy. De no estar en perfectas condiciones, su puesto lo ocuparía su asistente, Carles Claramunt, que fue quien se encargó ayer de dirigir al equipo desde el banquillo local.
"Gracias a Dios parece ser que no ha sido nada. Sólo un desmayo y está descansando", expuso Claramunt, que salió de Mendizorroza directo hacia la clínica para visitar a su jefe y amigo. El segundo entrenador del Alavés destacó la dificultad del choque: "Ha sido un partido muy difícil, contra un buen equipo que nos ha puesto las cosas muy difíciles. Hemos tenido que madurar mucho el partido", aseguró el técnico catalán, que tiene claro que ésta puede ser la dinámica que se encuentre el cuadro albiazul en el futuro. "Ha sido un partido difícil y así será. Hemos tenido la suerte de solventarlo marcando dos goles, pero creo que nos va a costar ganar. Porque los partidos cada vez serán más difíciles. Nos estudian", añadía Claramunt.
En la misma línea se expresaba el delantero Rubén Negredo, que ayer no pudo ver puerta pero volvió a cuajar un excelente partido en otras facetas. "Los equipos nos van cogiendo el punto, y seguramente cada vez nos va a costar más", advertía el ariete madrileño, que parece instalado en el once inicial de un Alavés que continúa batiendo todos los registros.