Vitoria. Dice una de las muchas frases que componen la sabiduría popular que al perro flaco todo se le vuelven pulgas y el Alavés lo experimentó ayer en carne propia. En la semana más cargada de partidos hasta el momento y con la enfermería repleta de inquilinos, sufrió una nueva baja que deja al equipo sensiblemente mermado para afrontar el compromiso de mañana domingo en Teruel. El último en añadirse a la lista de damnificados es Sendoa Agirre, que padece una bursitis en su rodilla izquierda que, como mínimo, le mantendrá en el dique seco durante la próxima semana.
El veterano jugador vizcaíno estaba teniendo un papel destacado en este inicio de temporada y a buen seguro iba a ser uno de los depositarios de la confianza de Nacho González. Sin embargo, ahora el preparador albiazul deberá alterar sus planes.
En cualquier caso, quizás no sea esta circunstancia la más preocupante sino el hecho de que el técnico vitoriano únicamente dispone de quince integrantes de la primera plantilla disponibles, por lo que está obligado a echar mano del filial para completar la convocatoria. Algo que ya hizo en el duelo del pasado miércoles en la Copa del Rey ante el Sanluqueño.
Entonces, el joven Sergio Llamas se sentó en el banquillo local de Mendizorroza aunque en esa oportunidad fue a costa de dejar fuera de la convocatoria a Juanma Delgado en una decisión estrictamente técnica. Ahora, serán las circunstancias las que obliguen a González a apostar por alguno de los jóvenes valores de Ibaia.
Todo ello, en una semana en la que los tres partidos que jugará el combinado de Mendizorroza en apenas siete días provocarán una importante sobrecarga de minutos en los futbolistas albiazules. Y es que nada menos que siete jugadores de campo han disputado de manera prácticamente íntegra los 180 minutos de juego que ha completado hasta ahora el cuadro alavesista entre Liga y Copa del Rey. Aquellos que repitan comparecencia íntegra en Teruel -que no serán pocos teniendo en cuenta las múltiples bajas por lesión con que cuenta el equipo-, tendrán que hacer un sobreesfuerzo para no acusar el cansancio.