Vitoria. Tras un notable inicio de temporada en el que ha asentado los cimientos de un futuro ilusionante, el Deportivo Alavés quiere comenzar a poner los ladrillos de ese edificio llamado ascenso en el que se presenta como su primer examen de entidad del curso, la visita del Real Unión a Mendizorroza. Meritorias han sido sus dos victorias ligueras y su clasificación para la segunda eliminatoria copera, basadas todas ellas en la solidez defensiva y la eficacia rematadora, pero no cabe olvidar que sus tres oponentes hasta la fecha han sido dos equipos recién ascendidos y otro que milita en Tercera División. Poco o casi nada que ver con el rival de esta tarde, todo un histórico que, pese a no atravesar su mejor momento, aspira a reverdecer laureles pasados y es uno de los teóricos aspirantes a ocupar puesto de play off de ascenso. Se mire por donde se mire, la primera gran prueba de fuego para el equipo de Nacho González, que tiene el objetivo de ganar y seguir redondeando un juego que en Mendizorroza puede resultar muy atractivo.

La segunda comparecencia consecutiva en el estadio del Paseo de Cervantes le tiene que servir al conjunto albiazul para reafirmar las buenas sensaciones que dejó en su estreno, cuando sembró la ilusión en el alavesismo con un fútbol por momentos brillante y de marcado carácter ofensivo que le llevó a dominar de cabo a rabo ante el SD Logroñés. El reto es repetirlo esta tarde ante un Real Unión que, de la mano de Imanol Idiakez, pretende olvidar su pasada mala temporada y volver a convertirse en uno de los referentes de un grupo en el que tampoco abundan los gallos.

Más allá de las dificultades de un rival que ha comenzado la competición con unos resultados superiores a su nivel futbolístico, los problemas los tiene Nacho González en su propia casa. Sabido era que la plantilla alavesista, con solo veinte fichas, era bastante corta y esa cualidad genera problemas cuando las bajas se acumulan. Así, con las bajas conocidas de Agustín y Salcedo, el tobillo aún renqueante de Ayala y la sobrecarga que arrastra Luismi y que aconseja su descanso, el preparador vitoriano apenas podrá contar con dieciséis jugadores, los justos para completar la convocatoria de esta tarde.

Por fortuna, las ausencias no trastocan en demasía los planes del preparador albiazul, que optará por repetir casi por completo el mismo once titular que ha dispuesto en las dos primeras comparecencias ligueras. Tampoco hay mucho más donde elegir y la única duda radica en saber si será Jaume o Beobide el encargado de conformar pareja en el doble pivote con Miki.

Sea uno u otro el elegido, lo cierto es que eso no cambiará en nada la forma de jugar de un Alavés que querrá adueñarse de nuevo del balón desde el primer segundo para buscar percutir por las bandas, su mejor arma, en busca de remates o segundas jugadas a balón parado. Todo será válido en pos de la tercera victoria consecutiva en el arranque liguero que sirva para reafirmar al Glorioso en su arranque.