Vitoria. Con la llegada del último día del mes de agosto a mucha gente se le acaban las vacaciones, pero la de hoy será una jornada de trabajo frenético para el director deportivo del Alavés, Javier Zubillaga, quien apura las últimas horas del mercado en busca de ese delantero joven que pueda marcar diferencias con el que completar una plantilla que, en principio, quedará cerrada con veinte fichas. No lo tiene fácil el máximo responsable de la parcela deportiva albiazul. Varias opciones de calidad que se manejaban se han difuminado en las últimas horas, pero la trayectoria avala al técnico riojano, que ya en su primera etapa en la entidad del Paseo de Cervantes demostró una innegable capacidad para encontrar auténticos chollos justo antes de que sonase la bocina.
Las pretensiones del Alavés son claras desde hace tiempo. Cubiertas las dieciséis fichas senior, solo quedan vacantes las destinadas a futbolistas menores de 23 años. La pieza que falta para completar el puzle con el que viene trabajando Nacho González es un delantero que haga competencia directa a Rubén Negredo y que complete la nómina de vanguardia con Borja Viguera y Luismi. El problema es que puntas de calidad y que sean jóvenes hay muy pocos y hasta ahora ha sido imposible sacarlos de sus respectivos clubes. Y es que, cabe no olvidarlo, no solo se busca un ariete que tenga calidad y sea joven. Tan importantes son estas dos cualidades como que el coste de la operación no sea nada elevado. Lo que se dice rizar el rizo.
Por los movimientos que ha realizado la dirección deportiva a lo largo de los últimos días, parece claro que si finalmente llega una última incorporación será a través de una cesión. Se trata de una fórmula que esta temporada ya se ha utilizado en un par de ocasiones con Asier Barahona (Mirandés) y Sergio Ayala (Barcelona) y en este mismo sentido se trabaja en estos momentos para hacerse con los servicios de algún joven delantero de un club de Primera que no entre en los planes de su equipo para la presente campaña y que necesite minutos de competición para continuar con su formación. Todo ello, además, sin que la operación suponga un desembolso descabellado.
Varias de las opciones que manejaba Zubillaga, alguna de relevancia, se han quedado por el camino, pero el director deportivo alavesista confía en que dentro de las últimas horas del mercado aparezca ese particular mirlo blanco que sirva para completar la vanguardia alavesista. En el caso de que no saliese ninguna de las opciones con las que se está trabajando, se podría proceder a la inscripción de Juanma Delgado, que lleva dos semanas ejercitándose con el grupo, aunque en principio se trabajará hasta el último segundo -la documentación hay que enviarla a la Federación y por ello los fichajes han de cerrarse por la tarde- para hallar un delantero de cierto caché.
Con la llegada, seguramente a través de una cesión, de un ariete se daría por cerrada la plantilla. El primer equipo contaría con veinte fichas y, en caso de necesidad, se podría echar mano del filial antes de que el mercado se reabra en enero para acometer nuevos refuerzos.