Vitoria. El Alavés volvió a empatar en esta pretemporada y, tal y como hiciera el miércoles ante el Athletic B, se llevó la copa, en esta ocasión la Copa de Haro, en la tanda de penaltis.
Es preceptivo otorgarles a estas tablas un mayor mérito, ya que enfrente se encontraba el Mirandés, sensación de la pasada temporada en el ámbito estatal tras llegar a semifinales de la Copa del Rey desde Segunda División B y recién ascendido a la categoría de Plata del fútbol español.
Sin embargo, poco o nada se diferenció este encuentro de los que ha venido disputando el equipo de NachoGonzález a lo largo de la preparación veraniega de cara al curso 2012-13. El equipo tiene conformado ya a su núcleo duro y tiene bien definidas las líneas maestras aunque ambos preceptos son susceptibles de ser matizados a la baja.
El primero de ellos, el que atiende al selecto grupo de hombres en que González ha depositado su confianza, ha de ser revisado y reforzado. A la lesión de Agustín se ha de sumar las molestias por las que se retiró ayer Javi Hernández. La linea defensiva se resiente y habrá que atinar con los fichajes que restan, todos sub 23, para afrontar con garantías la temporada.
El segundo, el del estilo del equipo, nace desde la defensa, como ha de ser, pero muere precipitadamente en la linea de creación. El Alavés crea pocas oportunidades y apenas tiene mordiente. Otro aspecto a solventar.
Negredo, quien entró en la segunda mitad, regaló a los blanquiazules la única oportunidad clara de gol. La fabricó él mismo tras robar una bola a la defensa rival. Por su parte, Urtzi sufrió tres embestidas rivales que atajó con solvencia, excepto una que se fue fuera.
Cabe reseñar la entrada en el cesped de Beovide, ya recuperado de su lesión, y la de Luismi, sin tiempo apenas de demostrar nada. Queda trabajo por hacer.