Vitoria. El Deportivo Alavés podría ver solucionado en breve uno de los principales quebraderos de cabeza que en estos momentos atañe a una dirección deportiva centrada en la confección de la nueva plantilla pero que a la vez no puede olvidarse de la necesidad de aligerar el vestuario con la salida de dos jugadores de los que por activa y por pasiva se repite que no entran en los planes de futuro de la entidad. La marcha de uno de ellos, concretamente la de Javi Casares, podría ser una realidad dentro de no mucho tiempo, aunque, claro está, en el mercado veraniego casi todo es cuestión de dineros.

El caso es que uno de los equipos más poderosos de la categoría, el Real Oviedo, ha puesto sus miras en el extremo jerezano para incorporarlo a su nuevo proyecto. Vive el cuadro asturiano una etapa de turbulencias extradeportivas con un relevo en la directiva que no acaba de producirse -el actual presidente, Toni Fidalgo, ejerce de manera transitoria- y un anunciado desembarco de Quique Pina que tampoco llega.

Mientras tanto, a la espera de una solución en un sentido u otro, el exentrenador del Sestao y nuevo inquilino del banquillo carbayón, Félix Sarriugarte, ya se ha puesto manos a la obra para confeccionar una plantilla de garantías que permita al conjunto de Requexón convertirse en aspirante al ascenso por méritos propios y no solo por el ascendente de su histórico nombre.

El técnico de Durango cuenta ya con dos incorporaciones de alto nivel, como el exdelantero de la Unión Deportiva Logroñés Diego Cervero y el interior izquierdo Iker Alegre, que militaba en el Real Unión. Los dos son jugadores asturianos como también del Principado es Félix Quero, al que el Lugo ha dado la baja tras el ascenso a Segunda y que se presenta como la prioridad ovetense para la banda derecha.

El problema con este jugador es el elevado sueldo que pretende percibir en la temporada venidera y es ahí donde surge con fuerza el nombre del todavía alavesista Javi Casares, al que Sarriugarte bien conoce después de haber compartido toda una temporada, la pasada, en el Grupo II. El preparador vizcaíno, amante de la velocidad y la profundidad por las bandas, es el que ha puesto sobre la mesa el nombre del jerezano como posible incorporación para su nuevo proyecto. Incluso en el caso de un posible desembarco del mencionado Quique Pina, Casares encajaría a las mil maravillas en Oviedo, ya que el actual jugador alavesista compartió experiencia con el mandatario durante su estancia en el Granada.

Pero, al igual que ocurre con Quero, el extremo jerezano no es un futbolista que tenga unos emolumentos reducidos, mucho menos en un momento de enormes apreturas económicas que están pasando una factura enorme a casi todos los clubes, aunque los carbayones han demostrado tener recursos con dos primeros fichajes de relevancia.

En este caso existe una particularidad a la que puede agarrarse el Oviedo para que el fichaje no le salga excesivamente caro. La necesidad que tiene el Alavés de deshacerse de Casares podría propiciar, como ya ocurrió con la marcha de Azkorra al Guadalajara, que la propia entidad albiazul abonase una parte de la elevada ficha del jerezano, justamente la que no cubriese una supuesta oferta ovetense. De esta manera, al conjunto asturiano le saldría mucho más económica la incorporación del extremo andaluz, que en ese caso sería más barato que Quero.