Vitoria. Una semana más, y ya es la quinta, el teléfono de los jugadores que aguardan una llamada desde las oficinas del Paseo de Cervantes sigue sin sonar. El nerviosismo comienza a apoderarse de varios de los futbolistas que en principio parecían poder contar con ciertas opciones de mantenerse en una plantilla en la que, como recordó Javier Zubillaga en su presentación, sólo hay cinco piezas (seis si se cuenta a Alex Vallejo) con contrato para el curso venidero.

A tenor de las palabras del nuevo director deportivo, no va a haber hueco para muchos de ellos en el nuevo proyecto. Y a los que no hayan estudiado ofertas alternativas, aunque la mayor parte de ellos ha dado libertad a sus agentes para empezar a negociar, les puede pillar el toro. Ayer a última hora de la tarde, este periódico contactó con tres de los jugadores, que confirmaron que todavía no tenían noticia alguna de la directiva albiazul.

David Rangel es uno de los que en su día sí recibió una llamada, porque Dani Barroso parecía decidido a renovar su contrato, pero su situación no parece tampoco resuelta tras los cambios que se han producido en la cúpula. El meta valenciano, que se encuentra estos días "de exámenes", trata de no preocuparse en exceso, aunque en declaraciones a una radio local reconoció ayer mismo que confía en que su relación con el Alavés, en uno u otro sentido, se resuelva pronto. "Espero conocer mi destino esta semana. Uno no puede marcar los tiempos, pero cuando sepa si el club quiere contar conmigo o no, empezaré a hacer cosas", explicó.

"Evidentemente, está claro que los días pasan y hay que tener las espaldas cubiertas. Desde mi punto de vista, mi prioridad es el Alavés, pero hay que esperar a ver que pasa sin dejar demasiado margen", precisó el portero, a quien habrá que ver si la nueva dirección deportiva contempla con tanta valía como la saliente.