Vitoria. El Alavés del futuro volverá la vista hacia Ibaia. El nuevo director deportivo de la entidad, Javier Zubillaga, esbozó en su primera comparecencia pública su intención de conceder a la cantera la relevancia de la que ha carecido en las últimas campañas. Acompañado del presidente del club albiazul, Avelino Fernández de Quincoces, el ahora responsable de armar el cuarto proyecto para el ascenso en apenas cuatro años regresó al estadio del que salió, no sin cierta polémica, hace casi dos décadas.

Diecisiete años después de haber hecho las maletas para cambiar Vitoria por Pamplona, Zubillaga regresa con la firme intención de hacer lo que sus antecesores -José María Cidoncha, Gorka Etxeberria y Dani Barroso- no han sabido hacer. Y al contrario que ellos, el riojano pretende poner en valor, como ya ha hecho en sus anteriores destinos, la materia prima futbolística que mana de los campos de entrenamiento de la ciudad deportiva del Alavés, tan olvidada desde que el equipo cayó al pozo de la Segunda División B.

Zubillaga, que firma por dos temporadas, anunció en su presentación su intención de redefinir por completo la estructura del club. Un año más, y van cuatro, la afición debe prepararse para asistir a un nuevo verano marcado por la revolución más absoluta. En principio, según dejó entrever, se va a mirar poco al pasado. El Alavés vuelve a hacer borrón y cuenta nueva. "Tuve una entrevista con el propietario y me trasladó que existe un proyecto para el que sólo hay cinco jugadores del primer equipo con contrato. El club está liberado de todos los demás contratos, tanto profesionales como del fútbol base. No vengo a comunicar bajas ni las voy a comunicar. Al que llame será para comunicarle su cargo para la próxima temporada", manifestó el nuevo director deportivo.

"Firmo con el Alavés para un nuevo proyecto y para construir desde un principio, tanto desde el fútbol base como desde el primer equipo", añadió Zubillaga. Y en este punto marcó con énfasis una idea que no pocos llevan tiempo aguardando. "También en el fútbol base habrá que generar una metodología, desde abajo, y establecer relaciones con los clubes de Álava", sentenció.

Calma con el entrenador El hombre que reemplaza a Dani Barroso al frente de la dirección deportiva no quiso, en todo caso, mojarse demasiado en la que fue su primera aparición ante los medios. No quiso valorar las informaciones que han surgido en torno al posible interés del club vitoriano por sentar en el banquillo al vizcaíno Iñaki Alonso y por descontado no mencionó un solo nombre de jugadores que pudieran pasar a engrosar la plantilla albiazul antes de que comience la pretemporada, un punto que fijó para el 2 o el 9 del próximo mes de julio.

Para esa fecha, según sus propios cálculos, Zubillaga tendrá que haber hecho buena parte de sus deberes. O al menos los más urgentes, dado que con cinco jugadores -que en realidad son seis, porque Alex Vallejo regresa de su cesión- resulta complicado comenzar a preparar el curso venidero. Más aún sin la presencia del entrenador. El nuevo director deportivo pidió calma en lo que se refiere a la incorporación del sustituto. "Está claro que es una figura muy importante", concedió Zubillaga, para quien sin embargo no es imprescindible. "Esto es un deporte de equipo, y si vemos que hay un jugador interesante que pueda venir antes que el entrenador, vendrá. Estamos a 11 de junio y creo que debemos madurar bien la figura del entrenador". No parece, al menos por el momento, que sienta ninguna urgencia.

Aun así, hay movimiento. En las oficinas del Paseo de Cervantes se reciben llamadas, ha llegado más de un curriculum. Según desveló, el Alavés está recibiendo "muchas llamadas" de agentes que ofrecen entrenadores, aunque todavía no se ha tomado una decisión al respecto. El nuevo responsable del área deportiva albiazul aboga por madurar bien una decisión que puede resultar definitiva para la suerte de los próximos doce meses de vida del equipo. "Tenemos que sopesar las cosas bien para acertar con el entrenador", advirtió.

Jugadores con contrato Zubillaga, que ha tenido también experiencia en los banquillos, asumirá el control mientras se cierra la contratación del nuevo técnico. Evaluará el estado de los seis futbolistas con contrato con los que se ha encontrado a su llegada y decidirá sobre su futuro. Como ya se sabía antes incluso de su llegada, no todos tienen por qué continuar vistiendo de albiazul la próxima campaña. "En estos momentos quiero valorar ciertos informes y también las pruebas físicas que se hayan podido hacer. De momento, se valorará. Si no llega el entrenador antes, lo valoraremos en el club. Y si llega, lo valoraremos con él", explicó el nuevo director deportivo, que se mostró algo esquivo, a la defensiva, pero que en principio parece tener las ideas claras.

Sobre todo una: hay que volver a poner en valor la cantera. Zubillaga, que no entró demasiado en nada, sí que dejó entrever su deseo de que se tomen en cuenta las categorías inferiores. De hecho, ya recordó que en su anterior etapa salieron buenos futbolistas, y mencionó la venta de Sívori al Athletic. En realidad, en la era reciente también se ha demostrado que Ibaia puede reportar dividendos, tanto deportivos como económicos, al club vitoriano. Los últimos jugadores de la cantera que debutaron con el primer equipo, Igor Martínez, Oscar de Marcos y Jonathan Reguero, a diferente nivel, dejaron euros en las maltrechas arcas albiazules.

"En mi etapa anterior hicimos un montón de convenios con los clubes. Es importante porque obtuvimos buenos frutos de gente de casa e incluso se vendió Sívori, que dio un buen dinero. En un momento como éste, con la crisis, pienso que una de las vías es que el día de mañana, de aquí a dos, tres o cuatro años, el club que esté trabajando bien la cantera tendrá sus frutos", explicó en lo que parece una declaración de intenciones en torno a un asunto obvio pero que parece haber pasado demasiado desapercibido para sus antecesores.

A Zubillaga, como no puede ser de otra manera, no se le pasó el contexto económico, que será relevante en un momento como el actual. El riojano no dudó en advertir que "la plantilla se ajustará económicamente al equilibrio que requiera el club". El presupuesto bajará. Pero no la exigencia. El ascenso volverá a ser el objetivo ineludible de un club que ha reportado demasiadas decepciones a su fiel afición. Al menos, Zubillaga quiere hacer las cosas bien desde el principio, volver a los orígenes. El Alavés vuelve la vista a Ibaia.