Vitoria. Sorpresa inesperada. Así podría resumirse la sensación que tienen los responsables de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y de la Federación Española de Fútbol tras un primer análisis de los datos relacionados con los impagos en el siempre complicado mes de junio. Y es que el pasado día 29 expiraba el plazo para que los jugadores de Segunda División B transmitieran a su sindicato las denuncias por el dinero que les pudieran adeudar sus respectivos clubes hasta el recién concluido mes de mayo para que la AFE, a su vez, las estudiase en la comisión mixta junta a la Federación y obligase a los equipos a ponerse al día de los pagos de esas cantidades antes de las doce de la noche del 30 de junio. En caso de no poder hacerlo, los afectados descenderían automáticamente.

Teniendo en cuenta los precedentes y la cada vez más complicada situación económica, todas las previsiones apuntaban a una avalancha de denuncias y a una guillotina dispuesta a llevarse por delante un buen número de cabezas. Sin embargo, finalmente la situación no se ha presentado tan dramática y para sorpresa generalizada -agradable, todo sea dicho de paso-, los impagos se han reducido considerablemente respecto al pasado ejercicio.

Al menos, si se atiende al número de denuncias presentadas ante la AFE. Porque, en estos momentos, el sindicato de futbolistas ha tramitado aproximadamente 600 casos correspondientes a la Segunda División B, mientras que hace un año esta cantidad se ampliaba hasta más de 800. Se ha producido, por lo tanto, una caída del más del 20% que hace pensar que las medidas preventivas adoptadas en los últimos tiempos comienzas a tener su efecto.

Uno de los culpables de esta bajada de denuncias es el Deportivo Alavés. Triste protagonistas en las temporadas recientes de la lista negra de clubes denunciados, en esta oportunidad se encuentra al día de los pagos y por lo tanto sus futbolistas no han tenido la necesidad de acudir al sindicato para poder cobrar lo que les corresponde. Una situación completamente opuesta, por ejemplo, a la del Palencia. El cuadro castellano se salvó el pasado verano en el último suspiro y todo a punta a que esta vez no podrá hacer frente a las importantísimas deudas que arrastra.