Vitoria. Aseguraba Josean Querejeta una vez consumado el fracaso en Torrelavega que un año en el mundo del fútbol le había servido de enorme aprendizaje para conocer los entresijos de un deporte como el del balompié en el que los códigos son muy diferentes a los utilizados en el mundo de la canasta. El mandatario de Lazkao ha conseguido en el Baskonia un crecimiento constante y partiendo desde muy abajo ha colocado al club entre la elite europea. A lo largo de todos esos años de mejoría deportiva, e incluso cuando se tocó techo, el usuario del Buesa Arena consiguió que las gradas del pabellón se fuesen poblando cada vez con más y más gente para, tras dos ampliaciones, alcanzar los más de 15.500 asientos con los que el recinto cuenta en la actualidad. Mucho más grande sigue siendo el estadio de Mendizorroza, pero en el Paseo de Cervantes prima el cemento sobre los espectadores y la obligación del líder del grupo accionarial que controla el club es revertir esa continúa pérdida de aficionados que el Deportivo Alavés ha sufrido a lo largo de los últimos años.

Esta misma semana se ha conmemorado el undécimo aniversario de la final de la Copa de la UEFA. Ese espíritu de Dortmund propició año de bonanza en las gradas de Mendizorroza, pero primero el paso por el club de Dmitry Piterman y después los constantes fracasos deportivos han provocado un goteo de bajas entre la parroquia alavesista que han propiciado que la masa social se haya ido reduciendo constantemente con el paso de los años.

Tras un nuevo fracaso deportivo, en la planificación del próximo curso este apartado de atracción al abonado va a tener una especial relevancia. Borrado el efecto llamada del desembarco del nuevo grupo gestor, que propició que la llama de la ilusión se reavivase en el alavesismo de a pie, ahora será fundamental convencer a los potenciales socios de las posibilidades del nuevo proyecto tras muchos años de penurias y cuando se afronta la cuarta campaña consecutiva en una categoría tan poco llamativa para el aficionado como la Segunda B.

A lo largo de los diecinueve compromisos ligueros disputados a lo largo del último curso en Mendizorroza, por las gradas del estadio del Paseo de Cervantes han desfilado, según cifras oficiales, un total de 120.890 espectadores, lo que supone una media de 6.363 aficionados por partidos. Teniendo en cuenta que la masa social del club ronda los 8.000 abonados -una cifra sensiblemente superior a la del curso 2010-11-, son demasiados los que habitualmente prefieren otros planes antes que acudir a ver a su equipo.

Precisamente, esa cifra de ocho mil espectadores solo se ha superado en una ocasión a lo largo del recién finalizado curso, concretamente en el último partido disputado en casa, el de la trigésima séptima jornada contra el Mirandés. En total, 8.419 espectadores, muchos de ellos procedentes de la localidad burgalesa, asistieron a las gradas de Mendizorroza en dicho compromiso. En el lado negativo de la balanza, el compromiso contra el Lemona de la jornada 33, en Sábado Santo, a las cuatro de la tarde y retransmitido por Euskal Telebista, que solo congregó a 2.926 espectadores, uno de los registro más bajos de los últimos años.

Pero, más allá de las cifras, muchos sectores del alavesismo han sido críticos con la gestión de la directiva, sobre todo en los últimos compromisos ligueros en los que el equipo se jugaba la vida. Se han echado en falta iniciativas para congregar más espectadores en Mendizorroza al mismo tiempo que se veía cómo, en la acera de enfrente, se hacían enormes esfuerzos para llenar hasta los topes el renovado Buesa Arena. El ejemplo más claro cabe situarlo en el compromiso ante el Mirandés, de cara al cual una semana antes, tras el partido en Ponferrada, el presidente albiazul, Avelino Fernández de Quincoces, había avanzado medidas especiales en lo relacionado a la venta de entradas que, finalmente, no se acabaron produciendo, generando bastante malestar entre los abonados.

Tras apenas tener tiempo para preparar planes el pasado verano, de cara al curso venidero podría ponerse en marcha la posibilidad de que Alavés y Baskonia tuvieran un carné conjunto. En este sentido a lo largo del presente curso ya se han realizado ofertas especiales de paquetes que incluían entradas para los partidos de los dos equipos y desde hace tiempo se contempla esta posibilidad como una opción de crecimiento para las masas sociales de ambas entidades.