En los tiempos actuales en los que el Barcelona ha dominado y maravillado al mismo tiempo al mundo del fútbol con su modelo de fútbol preciosista en el que los futbolistas criados en su prolífica cantera conforman la base de su equipo, el Deportivo Alavés parece decidido a nadar contracorriente. Porque no se trata ya únicamente del tremendo éxito conquistado por la factoría culé. Cuando las estrecheces económicas han comenzado a hacer acto de presencia en el casi siempre opulento balompié, prácticamente todos los clubes han comenzado a mirar hacia abajo.

De esta manera bien sea por propio convencimiento (ejemplo que podrían ilustrar perfectamente el Barcelona o el Athletic) o empujados por la necesidad, los equipos españoles de todas las categorías han comenzado a echar mano de sus canteras para conformar las plantillas de sus primeros equipos.

Con esta decisión, se aseguran varios objetivos al mismo tiempo. Por un lado, evitan tener que pagar desembolsos importantes para fichar a futbolistas provenientes de otros conjuntos, se aseguran la implicación máxima de unos jugadores que han mamado la identidad del club desde niños y, además, pueden extraerles un importante rendimiento económico si destacan y despiertan el interés de los grandes. En definitiva, una operación aparentemente redonda que cuenta desde hace años ´ya con numerosos adeptos.

Entre ellos, sin embargo, no se encuentra el Deportivo Alavés. Y es que la entidad del Paseo de Cervantes, lejos de sumarse al fervor mayoritario por el trabajo con la base, parece decidido a dejarla olvidada a un lado y prescindir de sus valiosos recursos. En consecuencia, en los últimos tiempos se ha convertido en una fuente que no mana y que, de continuar en este mismo estado, corre serio peligro de secarse definitivamente.

En las tres últimas temporadas en Segunda B, la presencia de jugadores formados en la cantera en el primer equipo albiazul ha sido meramente testimonial. Sin duda en ello también tienen una considerable responsabilidad los diferentes entrenadores que han pasado por el banquillo de Mendizorroza. Javier Pereira, Iñaki Ocenda, Miguel Ángel Álvarez Tomé, Luis de la Fuente y José Carlos Granero apenas han concedido protagonismo a las jóvenes promesas de la casa durante sus respectivas etapas al frente del club y sin esa confianza resulta extremadamente complicado llegar a despuntar.

excepción única La obligada excepción a esta norma es el caso de Igor Martínez en el ejercicio 2009-10. El ahora integrante del filial del Athletic -por el que fichó a la conclusión de esa campaña- fue uno de los líderes de ese equipo y titular indiscutible pero, para entonces, ya se había ganado el puesto en categorías superiores en años precedentes.

Salvo el veloz delantero gasteiztarra, ningún elemento surgido de la cantera ha logrado disfrutar de una mínima estabilidad. A lo largo de estos años ha habido apariciones esporádicas de jugadores como Jonathan Reguero, Sergio Pardo, Javi Montoya, Josetxo Lapoujade o Alex Vallejo pero todos han vuelto al ostracismo rápidamente y casi todos están ya fuera de la disciplina albiazul.

Bien es verdad que los resultados de los equpos de categorías inferiores no han sido especialmente brillantes y que el filial descendió hasta la Regional Preferente, pero no lo es menos que entre toda la base han aparecido perlas a las que no se les ha concedido la alternativa o que, incluso, han terminado aceptando las ofertas de otros equipos.

el futuro Quizás el caso más clarificador es el de Alex Vallejo. Convocado habitualmente por la selección española en las categorías inferiores, este año realizó la pretemporada con el primer equipo y Luis de la Fuente le alineó de titular en el estreno en Pamplona. Sin embargo, el técnico no le perdonó un par de errores graves y le sustituyó en el minuto 23 del choque. A partir de ahí, desapareció por completó de la escena y se tuvo que limitar a competir con el filial hasta que se marchó cedido al Sestao River. La próxima campaña volverá con ficha garantizada en el primer equipo y habrá que ver la participación que tiene.

Pero las consecuencias de esta falta de presencia de la cantera no son exclusivamente deportivas. La economía también se resiente de esta ausencia de frutos. Porque los últimos jugadores que han despuntado saliendo del fútbol base albiazul han terminado recalando en otros equipos a cambio de traspasos que han ayudado a mantener las maltrechas arcas albiazules. Son los casos, por ejemplo, de Alberto Morgado, Óscar de Marcos e Igor Martínez. Se trata, por lo tanto, de una inversión que de una u otra manera reporta beneficios y que el Deportivo Alavés se está perdiendo.