Vitoria. Cuando todo estaba dispuesto para volver a creer en este Deportivo Alavés, para volver a ver el play off con fe, los pupilos de José Carlos Granero dejaron escapar una oportunidad inmejorable de pegarse como una lapa no sólo al Amorebieta, dueño a día de hoy de la cuarta plaza, sino también del Eibar, actual tercero, que con su empate en Ipurua, se habría quedado a tan sólo tres puntos de los gasteiztarras en caso de haber ganado.

La victoria hubiera supuesto un auténtico empujón clasificatorio y una indudable reafirmación para la autoestima del grupo. No pudo ser. Al menos el empate es un mal menor y así lo contempla un Granero para quien "aunque no sea lo ideal, todavía mantiene vivo al equipo" e incluso insistió en que "a falta de tres partidos dependemos de nosotros mismos". "Al menos nos da para mantenernos en la competición" proseguía el levantino, consciente de que "aun estando a tres jornadas estamos a un partido con el golaverage ganado". El técnico babazorro entendía pese a no tratarse de una "situación ideal", que en tanto en cuanto sea "posible matemáticamente, hay que dejarse el alma". Por ello apeló a "mantener ese hilo de ilusión y esperanza".

En cuanto al propio partido, de nuevo el Deportivo Alavés mostró una ya característica inconsistencia en su juego. Del sopor de la primera mitad al fervor del segundo periodo. Cuando se le cuestionó al entrenador albiazul sobre por qué no se prolongaban a los noventa minutos esos arrebatos de buen fútbol, el levantino fue tajante: "Por eso no somos equipo de promoción, porque el equipo de promoción es aquel que se pone todos los días, aquel que sabe disputar todos los partidos, que sabe jugar cada fase del encuentro, que sabe jugar contra cualquier tipo de contrario, que no tiene que sentir que le ahogan para plasmar su personalidad y muchas cosas más".

Por otra parte, suscitó especial sorpresa la euforia con que los visitantes, con nada que hacer ya en esta Liga, celebraron el empate. "Para nosotros tiene el significado de ganar un partido de competición", explicaba el técnico charro Pablo Zegarra. El preparador alavesista no se mordió la lengua pero tampoco quiso "perder ni un minuto en ello, aunque hayan venido primados".

Finalmente, Granero explicó que el cambio de Casares estuvo condicionado por una contractura. Sobre este acontecer opinó que "es pronto" para valorar su alcance y aclaró que "a lo largo de la semana se le harán las pruebas oportunas".