como todos los años cuando se acerca el final de la temporada y llegan los partidos decisivos de la competición, los que definen si un equipo alcanza o no los objetivos que se había marcado, comienzan a surgir las mismas incógnitas de siempre. Son tiempos estos de cuentas de la lechera, calculadoras, primas y resultados que eran inimaginables hace poco más de un mes. Cuando los de abajo ganan a los de arriba y los que no se juegan nada lo demuestran o corren como no lo han hecho en todo el curso. Un período de la temporada, el último mes de competición, ciertamente curioso en el que cualquier cosa es posible y en el que tanto vale la victoria propia como los favores de terceros. Una situación así es la que vive actualmente el Deportivo Alavés, tan necesitado de seguir sumando de tres en tres en los cuatro partidos que le quedan por delante como de que alguno de los rivales del Amorebieta se convierta en aliado albiazul proporcionándole una nueva alegría que le permita acceder al play off.

El mínimo margen de un punto con el que se alcanza la fase definitiva del campeonato ha vuelto a sembrar la esperanza en el futuro alavesista, aunque si a hechos objetivos hay que remitirse el objetivo de alargar la temporada disputando las eliminatorias por el ascenso sigue siendo francamente complicado. La primera necesidad albiazul es dar continuidad a su racha de dos victorias consecutivas, algo que no ha conseguido en toda la temporada y que se presenta ciertamente difícil visto el calendario que queda por delante hasta el próximo 13 de mayo. Mucho más accesible, en cambio, parece lo que le queda por delante al Amorebieta. Eso sí, como ya ha quedado escrito, en este tipo de partidos suelen ocurrir cosas que parecen increíbles.

Salamanca, Ponferradina, Mirandés y Gimnástica de Torrelavega marcarán el futuro vitoriano. A priori rivales todos ellos complicados, pero también se puede hacer una lectura bien distinta de la situación. Y es que, seguramente ninguno de los cuatro rivales que se perfilan en el horizonte se estará jugando casi nada cuando les toque hacer frente al Alavés, de lo que puede sacar partido un cuadro albiazul al que le irá la vida y el play off en cada envite. El Salamanca está cómodamente asentado en la zona media. La Ponferradina podría tener asegurada la segunda plaza. El Mirandés será líder del grupo cuando visite Vitoria. La Gimnástica no se jugará nada en la última jornada. Si se cumplen todas estas previsiones, el nivel de intensidad de todos estos rivales puede bajar varios enteros y de eso podría aprovechar el equipo de José Carlos Granero para alcanzar su objetivo.

Mucho más accesible parece a priori el calendario del Amorebieta, pero el camino no va a ser tan sencillo como parece para el equipo de Axier Intxaurraga, que además lleva meses atascado a domicilio. Mucho se ha hablado ya de los tres enfrentamientos que tiene contra equipos vizcaínos (Sestao, Bilbao Athletic y Lemona) y de los posibles favores que pueden hacerse entre ellos, pero la otra lectura posible es la que atañe a la rivalidad entre vecinos y a unas relaciones entre clubes que pueden no ser del todo cordiales.

El último en discordia es el Logroñés, que visitará Urritxe en la penúltima jornada y que puede acabar convirtiéndose en el gran aliado alavesista. El conjunto riojano lleva una ascensión imparable en las últimas jornadas y su objetivo es sumar el mayor número de puntos posible en los cuatro partidos que quedan por delante para intentar disputar la Copa del Rey la próxima campaña, por lo que con su pelea podría favorecer al Alavés en su lucha con el Amorebieta.