Sumar seis puntos de una tacada no es algo muy habitual en la andadura del Deportivo Alavés a lo largo de la presente temporada. En tan pocas ocasiones como una se había conseguido este particular logro a lo largo del presente curso. Ya no está en solitario esa que hasta la fecha era la mejor racha del cuadro albiazul. El triunfo de ayer ante el Burgos se une al logrado en la anterior jornada contra el Lemona, por lo que el equipo de José Carlos Granero suma los seis puntos que se ponían en juego en estos dos partidos, lo que unido a los dos tropiezos del Amorebieta, que solo ha sido capaz de sumar un punto en estos dos compromisos, le permite acotar el cerco sobre el conjunto vizcaíno, cuarto clasificado y último en estos momentos que disputaría el play off de ascenso a Segunda División. Se presenta otra nueva ocasión para El Glorioso. La enésima, pero también la última. No pasarán más trenes por la estación vitoriana.

El cuadro albiazul ha sabido aprovechar a la perfección el calendario favorable que se le presentaba cuando después de caer en Logroño se quedaba a seis puntos del Amorebieta y parecía dar carpetazo definitivo a una temporada en la que el objetivo se ponía ciertamente cuesta arriba. En apenas dos semanas la tesitura inicial y esa desazón han cambiado de manera radical gracias a las dos victorias consecutivas cosechadas ante dos oponentes desahuciados como el Lemona y el Burgos, que han certificado sus respectivos descensos a Tercera División precisamente en sus enfrentamientos con el cuadro albiazul.

Ese seis de seis, solo igualado anteriormente con la doble victoria ante Zamora y Gimnástica Segoviana, ha servido para estrechar hasta la mínima expresión esa renta que manejaba el Amorebieta hace dos jornadas que entonces parecía insalvable y que ahora se ve de nuevo como asumible.

No ha enamorado a nadie con su fútbol el Alavés, pero al menos ha sacado a relucir un resultadismo que bien en falta se le ha echado en muchos tramo de la temporada. Volver la vista hacia atrás y comprobar cuántos puntos se han escapado por culpa de no saber gestionar los partidos resulta desolador. Más aún ahora que esos puntos se echan en falta para alcanzar el objetivo.

Para completar la resurrección, el Alavés se ha encontrado en estas dos jornadas con la constatación de los problemas que tiene el Amorebieta como visitante. Al cuadro vizcaíno se le han atragantado sus dos compromisos consecutivos a domicilio y de sus viajes a Eibar y Palencia solo ha sacado un punto, el que le sirve de momento para conservar la cuarta plaza pero insuficiente con cuatro partidos por jugarse.