Vitoria. Dentro de una temporada marcada a fuego por la sucesión constante de decepciones, resulta ciertamente complicado encontrar apartados positivos. Sin embargo, como sucede con las meigas, haberlos hailos. Y es que dentro del tono gris oscuro que ha ofrecido la plantilla albiazul desde que arrancó la temporada, es posible descubrir honrosas excepciones que han conseguido brillar con luz propia. Quizás la más destacada sea la de Alex Quintanilla.

El joven jugador vizcaíno ha ido de menos a más hasta convertirse en los últimos meses en el hombre más en forma del conjunto vitoriano. Su polivalencia le ha llevado a desempeñar varias funciones a lo largo del curso pero ha sido en el eje de la zaga donde ha exhibido sus mejores prestaciones y se ha erigido en una pieza absolutamente insustituible. Una circunstancia que, desde luego, no ha pasado desapercibida para casi nadie.

Teniendo en cuenta, además, que su DNI refleja que hasta el próximo 2 de julio no cumplirá los 22 años, la consecuencia es más que lógica. Txirri se ha convertido en la pieza más codiciada del escaparate futbolístico que es Mendizorroza y cada día son más los que se interesan por su situación. El primero de ellos, el propio Deportivo Alavés, que semanas atrás ya le planteó una oferta de renovación para ampliar el vínculo que les une momentáneamente hasta el próximo 30 de junio a varias temporadas más.

Sin embargo, la entidad del Paseo de Cervantes continúa esperando una respuesta por parte del futbolista bilbaíno. Una circunstancia que, previsiblemente, se prolongará durante bastante tiempo. Los motivos de este silencio obedecen a una doble línea argumental. Por un lado, Quintanilla prefiere centrarse en tratar de cerrar con el ansiado éxito deportivo la difícil temporada del Alavés consiguiendo, cuando menos, el pasaporte para el play off de ascenso. Pero, por otro, también pesa mucho el hecho de que varios conjuntos de Segunda e incluso Primera División hayan llamado a su puerta para mostrarle el interés en hacerse con sus servicios. Por todo ello, el zaguero prefiere tener las manos libres para poder decidir su futuro con todas las cartas en su mano y sin ninguna atadura previa.

Su discurso sobre este tema, en cualquier caso, no se sale lo más mínimo del guión de moderación y comedimiento que le acompaña cada vez que se sitúa frente a un micrófono. De esta manera, cuando a la conclusión del entrenamiento de ayer fue cuestionado por las muchas novias que le han salido en los últimos tiempos, recurrió al sentido del humor para salir del paso. "Novia tengo una y muy buena además", bromeó.

sin querer saber Adoptando ya un tono más serio, Quintanilla insistió en que por el momento no desea saber nada respecto a su futuro y que prefiere tener toda su atención puesta al cien por cien en el complicado epílogo de competición que afronta El Glorioso. "Es un tema que ahora mismo sería marear la perdiz y sinceramente no estoy centrado en ello. Estoy a otra cosa y cuando tenga que llegar llegará, por el momento no me preocupa. Me he mantenido al margen de todo, le dije a mi representante que no quería saber nada. Cuando tenga que decidir lo haré y no sé absolutamente nada", argumentó.

En cualquier caso, Txirri sí dejó al menos un punto de esperanza para los aficionados albiazules que desean seguir viéndole cada quince días en Mendizorroza. "Estoy contento porque he podido jugar minutos y jugar minutos en un club como el Alavés entraña su dificultad y es el reto que venía buscando. Hay que apretar hasta el final, queda mucho por delante y eso es lo que tengo en la cabeza. Lo que más me gustaría es subir con el Alavés. Eso es lo primero", significó.

Para ello, el combinado del Paseo de Cervantes está obligado a firmar un final de Liga prácticamente perfecto y esperar los tropiezos del Amorebieta para poder acceder, como primer paso, al cuarto puesto que da el billete para el play off. "El objetivo es ganar en Burgos y del siguiente ya volveremos a hablar. Pero está claro que de los cinco partidos que restan cuatro por lo menos habrá que ganar. Pero hay que dejarse de cuentas, ir paso a paso y no perder la paciencia", recomendó Quintanilla