vitoria. Han pasado ya unos meses desde que el nuevo Alavés de Josean Querejeta emprendió su camino en esta siempre complicada Segunda División B y, por el momento, apenas ha hecho méritos para que la nota le alcanzara el aprobado. Sin embargo, el modo de cerrar 2011, con el triunfo ante un Mirandés que parecía imbatible, ha devuelto la confianza a los inquilinos del vestuario local de Mendizorroza y la fe a su sufridora afición, que a expensas de lo que suceda en las primeras semanas de este año nuevo y bisiesto ha vuelto a creer.

La plantilla del Alavés regresa hoy a los entrenamientos con la conciencia clara de cuál es el objetivo que debe perseguir en los meses que restan de competición. Más allá de la evidente dificultad que encontrará el conjunto vitoriano para arrebatar el primer puesto del grupo al Mirandés, una posibilidad que multiplicaría las opciones de ascenso, tanto José Carlos Granero como sus jugadores son conscientes de que la exigencia es máxima y que cualquier resultado que difiera de lograr una plaza para jugar la próxima temporada en Segunda División será considerado como un fracaso.

En esta tesitura, el calendario parece haber querido asociarse a este Alavés al alza. Las próximas jornadas, que a los ojos de todos serán fundamentales para determinar el nivel competitivo de este equipo, le deparan varios duelos que, a primera vista, invitan a la esperanza. Aunque luego, claro está, habrá que ver hasta qué punto es capaz el cuadro albiazul, tan amigo de las decepciones en los últimos tiempos, de hacer que se cumplan los pronósticos.

Sobre el papel la nómina de rivales a los que deberá medirse el conjunto gasteiztarra en las próximas jornadas ofrece la impresión de que si de verdad ha alcanzado ese punto de forma que Granero celebró tras el partido de Anduva, puede alcanzar la complicada visita a Ipurua -fijada para el primer fin de semana de febrero- sin excesivas urgencias clasificatorias. Comenzando por el choque de este sábado ante la Gimnástica de Torrelavega, en un duelo que servirá para festejar la condición de capital verde europea de Vitoria, este nuevo Alavés debe cimentar en estas primeras semanas la base de lo que puede convertirse en el ansiado ascenso. En la mano de la plantilla albiazul queda la posibilidad de lograr que este 2012 recién estrenado acabe por convertirse en el año de la resurrección del Glorioso.

Otro de los aspectos positivos de este inicio de año competitivo estriba en el hecho de que el cuadro albiazul gozará de la ocasión de jugar dos partidos consecutivos como local. Es más, de los cuatro primeros compromisos de este 2012 tres se celebrarán sobre el césped de Mendizorroza, donde cabría esperar que el anfitrión sacara tajada, aunque no siempre ha sido así. En cualquier caso, ninguno de los rivales de este primer tramo liguero del nuevo año parecía atravesar su mejor momento antes de las vacaciones navideñas.

El siguiente en pasar por el estadio del Paseo de Cervantes, el filial de Osasuna, ha perdido fuelle en las últimas semanas de competición. Tras haber peleado con brillantez por las plazas de play off, ha sumado cuatro derrotas en sus últimos cinco partidos que lo han alejado bastante de las posiciones nobles.

Una vez superados los compromisos como local ante Gimnástica y Osasuna, el equipo de Granero se desplazará a Zubieta. Allí le espera una Real Sociedad B que ocupa plaza de descenso. Su último resultado liguero fue positivo, precisamente un 3-4 en Tajonar tras remontar los tres goles de ventaja con los que se había marchado al descanso el conjunto rojillo, pero antes de ese triunfo había sumado tan sólo 3 de los últimos 33 puntos posibles, en una pésima racha de once partidos sin ganar. Tras los donostiarras, toca otro equipo guipuzcoano. El Real Unión visitará Mendizorroza. El cuadro fronterizo, a priori gallito del grupo, ha perdido algo de fuelle y baja muchos enteros fuera del Stadium Gal, donde ha sumado siete las ocho victorias que decoran su casillero. Será el último de cuatro partidos que pueden definir el porvenir del Alavés en este nuevo año.