Vitoria. Una vez más, y desgraciadamente son demasiadas ya, el rojo intenso vuelve a teñir por completo las cuentas que el Deportivo Alavés entregará a sus accionistas en la junta del próximo 27 de diciembre. El consejo de administración presidido por Avelino Fernández de Quincoces presentará para su aprobación un balance de la temporada 2010-11 que refleja unas pérdidas de 1.052.437 euros. Un nuevo agujero que tapar para la economía de guerra albiazul. Pese a que serán los actuales responsables del club los que respondan de estos números, su gestión corresponde al anterior presidente, Alfredo Ruiz de Gauna, que estuvo al frente de la entidad hasta apenas unos días antes del cierre del ejercicio.

La importante desviación producida según la auditoría llevada a cabo por la firma Sayma consultores cuenta con un doble origen. Por un lado, un sensible aumento en los gastos respecto a lo presupuestado inicialmente y, por otro, la consecución de menos ingresos de los esperados. En el primero de los capítulos cobra especial relevancia el capítulo de Servicios exteriores, al que se habían destinado 340.300 euros y ha terminado comiéndose nada menos que 946.423.

Ese espectacular desfase ha llegado como consecuencia de la aparición de facturas de diversa índole -fundamentalmente minutas de abogados e incluso alguna correspondiente a los administradores concursales- de ejercicios anteriores (con otros gestores al frente del club) que no habían sido contabilizadas en su momento y que, por lo tanto, han debido computarse en esta temporada 2010-11.

Por lo que respecta a la desviación de los ingresos, las caídas más significativas se han producido en los capítulos de Ingresos por comercialización y publicidad (251.191 euros), Subvenciones (199.689 euros) e Ingresos por competición (101.425). Al margen, claro está, de los casi cuatro millones que se habían calculado por la venta de Izarra que finalmente no se llevó a cabo y que los auditores no han tenido en cuenta a la hora de hacer su informe puesto que estos terrenos forman parte del acuerdo institucional que ha alcanzado el club posteriormente con la Diputación, el Ayuntamiento y el Gobierno Vasco.

Obligado al ascenso Pese a la evidente mejoría de los últimos meses como consecuencia de la importante inyección económica recibida a través de la ampliación de capital que concluyó con el desembarco del grupo liderado por Josean Querejeta en el Paseo de Cervantes, la situación del Deportivo Alavés continúa siendo dramática y así lo reflejan los auditores en su informe.

En este sentido, siguen poniendo de manifiesto las "incertidumbres" que se ciernen sobre el futuro del Glorioso y dejan claro que lo que suceda sobre el césped tendrá una importancia capital en el mismo. "La capacidad de la sociedad para continuar con sus operaciones dependerá de la consecución de objetivos deportivos que permitan el incremento de los ingresos y la obtención de resultados positivos continuados", advierten. Es decir, que el equipo albiazul está obligado a conseguir el ascenso. Y cuanto antes mucho mejor.

Los datos que ofrecen los siempre fríos números no dejan demasiado resquicio al optimismo si no se consigue el ansiado regreso al fútbol profesional. Porque los accionistas que acudan a la junta general del próximo 27 de diciembre se van a encontrar con un descorazonador diagnóstico. A 30 de junio de este año, fecha de cierre del ejercicio, el Alavés contaba con un patrimonio neto negativo de nada más y nada menos que casi dieciséis millones de euros (15.796.369) y su fondo de maniobra -o lo que es lo mismo la diferencia entre sus activos y pasivos corrientes- también era negativo por valor de 8.011.385 euros. Al menos, a esta cantidad hay que restarle los algo más de 2,5 millones correspondientes a la ampliación de capital que, al no estar inscritos en el registro aún en la fecha en la que se realizó el informe, no constaban todavía como fondos propios sino como deuda.

La otra cara de las cuentas que presentará el consejo de administración que preside Avelino Fernández de Quincoces hay que buscarla en la previsión de presupuesto para el presente ejercicio 2011-12. La directiva alavesista ha calculado una partida de gastos de 3.320.220 euros frente a una de ingresos de 3.551.024. En consecuencia, espera revertir la tendencia negativa de las últimas temporadas y retomar la senda del superávit. Si es capaz de cumplir sus propias previsiones, el próximo 30 de junio de 2012 contará con 230.804 euros de beneficio.

Un reencuentro con los números negros absolutamente imprescindible si la entidad del Paseo de Cervantes desea conservar opciones de disfrutar de un futuro largo y mínimamente tranquilo. Y es que únicamente recuperando los ejercicios con beneficios podrá ir haciendo frente a la enorme deuda que le atenaza y condiciona todos sus movimientos. Porque pese a los acuerdos alcanzados a través del convenio de acreedores y el compromiso institucional, el pasivo de las cuentas albiazules al cierre del ejercicio 2010-11 todavía ronda los quince millones euros. Una losa muy complicada de levantar.