Vitoria. Deportivo Alavés y Bilbao Athletic mantuvieron ayer los primeros contactos para buscar un hueco en el calendario en el que disputar los 52 minutos restantes del choque aplazado el pasado sábado por culpa del fuerte aguacero que cayó a media tarde sobre Lezama.
Desde el conjunto babazorro han trasladado al cuadro rojiblanco una propuesta para jugar dicho encuentro el próximo miércoles 23 de noviembre. Durante la mañana de ayer se reunieron en Mendizorroza el técnico albiazul, José Carlos Granero, y el secretario técnico, Dani Barroso, y ambos acordaron que esa fecha era la más conveniente para los intereses de la escuadra gasteiztarra.
Para ese día, el conjunto vitoriano ya habría recuperado a dos de sus piezas básicas como Javi Casares y Luis Prieto, ausentes el otro día por lesión. El interior gaditano está en la recta final del proceso de recuperación de su rotura de fibras y el central ha cumplido la primera de las dos o tres semanas que debía permanecer de baja por culpa de su esguince de rodilla.
Se está a la espera de la respuesta de la entidad rojiblanca para saber si acepta la propuesta y la fecha trasladada por el Alavés, y en caso de una respuesta negativa el equipo albiazul ofrecería la posibilidad de terminar el partido al siguiente miércoles, el día 30.
De momento, tanto el coordinador de Lezama, José María Amorrortu, como Cuco Ziganda, técnico del filial rojiblanco, ya conocen la propuesta albiazul y ahora la estudiarán para dar al Alavés una respuesta lo más rápidamente posible.
El Alavés confía en que desde Bilbao se atienda sus peticiones ya que no desea retrasar mucho más el choque, ya que entiende que es en cualquiera de esas dos fechas lo más conveniente para sus intereses, habida cuenta de los desplazamientos y los rivales a los que tendrá que hacer frente durante el mes de diciembre.
La fecha del 23 de noviembre llega para el Alavés después de un cómodo desplazamiento a Lemona, mientras que si se opta por la del 30, el resto del partido ante el filial rojiblanco quedaría emparedado entre los duelos ante el Burgos, a jugar en Mendizorroza, y el desplazamiento a Salamanca previsto para el 4 de diciembre.
Ya por ejemplo, si se retrasara otra semana, el Alavés tendría que jugar durante el puente de la Constitución, tras un viaje de vuelta más pesado desde tierras charras y antes de recibir a un gallito como la Ponferradina, mientras que en el caso de que se demorase otros siete días más el partido, éste se celebraría entre medias del choque ante el conjunto leonés y la visita a un Mirandés intratable hasta la fecha, dejando así una semana más que complicada para el Alavés, opción esta que se quiere evitar desde el Paseo de Cervantes.