como si la lavadora les hubiera jugado una mala pasada a la hora de dejar relucientes sus uniformes de trabajo, Igor Cuesta e Ibon Gutiérrez se presentarán este sábado en Mendizorroza con unas camisetas desteñidas en las que las tonalidades albiazules han dejado paso a las listas verdinegras. Un cambio de rayas que, lógicamente, se corresponde con su actual condición de jugadores del Sestao River después de haber permanecido en la disciplina de la entidad del Paseo de Cervantes hasta el pasado verano.

Por todo ello, el derbi entre babazorros y fabriles adquirirá unas connotaciones especiales para ambos. Hace apenas unos meses, debían sufrir la agonía y el calvario diarios que implicaba lucir el escudo del Glorioso sobre el pecho teniendo en cuenta las enormes dudas que se cernían sobre el futuro de la entidad. Ahora, regresan a la que fue su casa con el claro objetivo de llevarse un souvenir de la visita.

Lo hacen enrolados en la modesta escuadra vizcaína que, pese a haber regresado este ejercicio a la categoría de bronce, no está pagando ni mucho menos la novatada y ocupa la décima posición en la tabla clasificatoria con únicamente dos puntos menos que el plantel de José Carlos Granero. Ahora bien, momentáneos resultados deportivos al margen, un abismo separa las dimensiones de ambas entidades. "Hombre, se notan las diferencias. No tiene nada que ver jugar a nivel profesional en el Alavés y hacerlo en el Sestao. Es un club humilde y la infraestructura, los aficionados y el propio club no tienen nada que ver. Acostumbrado a llevar la vida que llevo totalmente profesional, esto es otro ámbito y cuesta un poquito al principio. Pero lo cierto es que me he adaptado bien porque hay un vestuario muy bueno, es todo un poquito más cercano, no hay esa presión que existe en el Alavés y se lleva mucho mejor, la verdad", desmenuza el central de Portugalete. "Sí que se notan los cambios pero yo creo que al final te acabas acostumbrando porque hay un buen grupo, buena gente sobre todo en la directiva y al final todo eso hace que las pequeñas cosas se vayan olvidando poco a poco", corrobora su compañero.

Bajo la dirección del exjugador del Athletic Félix Sarriugarte, los dos exalbiazules están teniendo una participación muy desigual en su nuevo equipo. Ibon sólo ha disputado 74 minutos de Liga repartidos en tres encuentros, uno de ellos como titular. Cuesta, por su parte, es un fijo en el eje de la zaga (542 minutos) y únicamente las sanciones y un esguince de tobillo que se produjo hace tres jornadas le han apartado del césped. "Me asusté mucho al principio pero fue menos de lo que esperaba. El último partido ya jugué media hora y estoy a disposición del entrenador. Como no vuelva esta semana al once me va a sentar bastante mal (risas), ya sabes cómo somos. Espero poder jugar en Mendizorroza", aventura.

En lo que sí coinciden es en observar con un punto de envidia sana el enorme cambio institucional que ha vivido el club desde que ellos tomaron la puerta de salida. "Por supuesto que es más fácil trabajar como están ahora, con esa seguridad en lo institucional que existe y que no haya ningún problema. Los dos años que estuve allí la verdad es que cada día era una noticia nueva y muchas las dudas que generaba el club. Pero bueno, gracias a Dios se ha solucionado y seguramente que para ellos será positivo", apunta el zaguero. "El año pasado habría sido el mejor apoyo que hubiésemos tenido porque la campaña estaba siendo buena, los resultados estaban acompañando y al final el tema económico, que es el que a todos nos importa un poco, nos hubiese ayudado y creo que el grupo hubiese estado más contento, más tranquilo y la temporada hubiese sido mejor. Al final no pudo ser y este año, que sí que parece que lo tienen, tendrán que aprovecharlo", ratifica el mediocentro.

Pese a todos los innumerables problemas que padecieron, tanto Igor como Ibon guardan un buen recuerdo de su paso por Vitoria y destacan el blindaje que supo hacer el vestuario para centrarse al máximo en la búsqueda del ansiado ascenso. "Ahora que estoy fuera lo puedo decir más sinceramente, una cosa es que se diga que no te afecta y otra que no lo haga. Por supuesto que afecta a cualquiera. Cualquier trabajador si tiene dudas sobre su futuro o de cobro le afecta. Lo que pasa es que como ha sido tanto tiempo escuchando día a día noticias era ya un poco decir: 'de esto no nos creemos ni la mitad'. Había días mejores y peores pero al fin y al cabo tirábamos para delante sufriendo. Nos iban pagando, íbamos saliendo adelante y se llevó bien, con el vestuario unido. Ante esos momentos malos no te queda otra que estar unidos y tirar todos a una porque, si no, es cuando vienen las dudas. Y nosotros teníamos claro que si llegan a haber ido las cosas mal en lo deportivo habría sido todo mucho peor. Teníamos esa necesidad y esas ideas claras de que pasara lo que pasara teníamos que ir a lo nuestro y sacarlo adelante y yo creo que estuvimos peleando hasta el final dignamente", recuerda Cuesta.

A buen recaudo ya en uno de los cuartos de la memoria todos estos contratiempos, los jugadores vizcaínos afrontan su paso por Vitoria dispuestos a dar un disgusto a sus antiguos compañeros. "Ahora mismo podemos dar un susto a cualquiera porque estamos haciendo buenos partidos, la gente está concentrada, bien físicamente y por qué no dar la sorpresa en Mendi", avisa Ibon.

Para ello, tratarán de hacer que juegue de su parte la necesidad que tiene el Deportivo Alavés de conservar el rumbo victorioso iniciado en Palencia. "Sabemos lo que exige un club como El Glorioso. No tiene otro objetivo que estar entre los cuatro primeros y seguramente que te pidan estar el primero, no el cuarto. Es difícil convivir con ello pero también es lo bonito que tiene el fútbol. Trabajar cada semana con esa ilusión, con esa necesidad de ganar, es lo que te hace ser exigente contigo mismo y con el equipo. No le salió muy bien en este inicio y ahora con el nuevo entrenador ha tenido la mejor entrada posible con una victoria fuera de casa que le va a dar confianza. Pero eso tiene que ratificarlo en casa e intentaremos que esa ansiedad actúe a nuestro favor. A partir de la semana que viene, que arranque y tire para arriba, que yo creo que lo va a lograr", destaca Igor.

Y es que, pese a que han cambiado el albiazul por el verdinegro, tanto Gutiérrez como Cuesta desean la mejor de las suertes a su antiguo equipo y confían en que el epílogo de la campaña le regale el ansiado objetivo que no pudo lograr con ellos en sus filas. "Tienen las cosas para estar arriba. Es simplemente ajustar unos pequeños detalles, porque plantilla tienen suficiente y yo creo que lo van a conseguir". Palabra de Igor Cuesta.