Vitoria. Muchos son los concursos que, por estas tierras, tratan de buscar el queso Idiazabal de mayor calidad y suculentos los premios que ofrecen -en numerosas ocasiones copados por productores alaveses, por cierto- para atraer a los participantes de mayor pedrigrí. No menos atractivas son las degustaciones que se organizan a cientos de kilómetros con el mismo manjar manchego como protagonista. Pues bien, el que aspira a degustar el Deportivo Alavés esta noche en Albacete es un queso de premio seguro. Y de la máxima categoría además.

Porque la tercera eliminatoria de Copa del Rey que enfrenta, a partido único, a ambas entidades ofrece un atractivísimo aliciente para el vencedor. Nada menos que asegurarse un enfrentamiento posterior con uno de los integrantes de la Liga de las estrellas. Pero no uno cualquiera. Nada menos que uno de los que se clasificó el pasado ejercicio para la disputa de alguna de las dos competiciones europeas. Es decir, la constelación de estrellas del Barcelona, el Real Madrid de Cristiano Ronaldo y Mourinho, los siempre atractivos Valencia y Villarreal, el Atlético de Madrid del insaciable goleador colombiano Radamel Falcao, el Sevilla o el más cercano pero siempre repleto de alicientes Athletic de Marcelo Bielsa.

En definitiva, un auténtico regalazo para dos clubes -y por supuesto sus necesitadas aficiones- que hace no demasiado se codeaban de tú a tú con estos rivales del primer nivel pero que en los últimos años han caído en desgracia tanto en la vertiente deportiva como en la económica.

Y esos dos apartados serían, sin duda, los grandes beneficiados de un emparejamiento con un adversario europeo. Porque, una vez concluida la serie de eliminatorios a partido único, bien Albacete o bien Alavés tienen asegurada -en caso de imponerse en el duelo de esta noche- la presencia en su propio feudo de uno de estos grandes transatlánticos. Una visita que, evidentemente, despertaría un enorme interés entre unos seguidores que hace demasiado tiempo que no tienen la posibilidad de seguir en directo las evoluciones sobre el terreno de juego de los grandes cracks de la Liga de las estrellas.

Ello se traduciría en que el partido de ida del cruce que se disputaría en sus respectivos feudos contara con una másiva presencia de público en las gradas. Un público que, lógicamente, tendría que pasar por taquilla y proporcionaría unos suculentos ingresos impensables de otra manera para cualquier club de la categoría de bronce del fútbol español.

Jornada inolvidable Teniendo en cuenta que tanto vitorianos como manchegos atraviesan desde hace tiempo por serias penurias económicas, esa inyección extra de dinero les permitiría contar con un balón de oxígeno muy importante y afrontar el resto de la temporada con un más que beneficioso colchón de seguridad.

Por no hablar, claro está, de la vertiente deportiva de la situación. Y es que para la mayoría de los componentes de las plantillas de ambos conjuntos, el duelo copero supondría la primera oportunidad de medirse a un adversario de ese potencial y poder actuar en algunos de los estadios con más historia y magia del fútbol español e incluso europeo. Habituados a su condición de obreros del fútbol, su día a día poco o nada tiene que ver con el de las megaestrellas que se encontrarán enfrente pero, seguramente, resultará muy difícil que puedan olvidar todos y cada uno de los detalles de esa confrontación durante el resto de sus vidas.

Por no hablar, claro está, de la posibilidad -pequeña, es cierto, pero siempre presente a fin de cuentas- de dar la campanada y protagonizar por un día todas las portadas de los diarios deportivos como inesperados verdugos de uno de los grandes de la Liga de las estrellas. Ejemplos recientes y pasados hay de sobra en las hemerotecas. La máxima ilusión de todos que, además, les permitiría continuar disfrutando, al menos otra eliminatoria más, del sueño copero.

En cualquier caso, incluso aunque se cumpliera la lógica y el pequeño tuviera que hincar la rodilla ante el poderío de los mejores representantes de la Liga de las estrellas, la experiencia habría valido la pena de sobra y supondría una importante dosis de confianza y moral -amén de un escaparate inigualable para los profesionales- para poder afrontar los exigentes retos que les aguardan en su Liga en busca del ansiado regreso al fútbol profesional.

Porque pese a que la evidente trascendencia en todos los ámbitos del encuentro de esta noche en el Carlos Belmonte haya provocado que la atención en ambos clubes se centre completamente en la Copa, tanto Deportivo Alavés como Albacete deben tener claro que, suceda lo que suceda en su enfrentamiento de hoy, lo verdaderamente importante para su futuro será el desenlace de la Liga. Sólo logrando el ansiado ascenso, podrán disfrutar como se merece del premio añadido del torneo del K.O.