Vitoria. Se la juega el Deportivo Alavés y se la juega Luis de la Fuente. No hay más vuelta de hoja. Todo lo que no sea sumar los tres puntos esta tarde contra el Zamora, y a ser posible de forma convincente, supondría socavar aún más los ánimos de un alavesismo sumido en la resignación durante los últimos días. Los escasos resultados con los que ha arrancado el nuevo curso han servido para echar tierra por encima de las renovadas ilusiones que se habían despertado en el entorno del club. La tranquilidad institucional reinstaurada en la entidad del Paseo de Cervantes es una excelente noticia, pero si no viene acompañada de puntos tampoco sirve absolutamente de nada. Así, el ganar o ganar se convierte en más imperativo que nunca.

La palabra de la semana ha sido confianza. Confianza en el entrenador y confianza en el equipo. Expresada en boca de un presidente, como fue el caso de Avelino Fernández de Quincoces, tendría que servir para transmitir tranquilidad, pero al puerto de la calma sólo se llega a través del océano de los buenos resultados. Y si los tres puntos no llegan esta tarde, todo el castillo de confianza que ahora hay erigido en torno al equipo y al cuerpo técnico podría desvanecerse. Y en el fútbol la salida, para bien o para mal, siempre es la misma.

Ganar a toda costa. No hay otra para Luis de la Fuente y sus pupilos. Se aferrará el cuadro albiazul a su fiabilidad en Mendizorroza, solo rota por su escasa puntería ante la Arandina. En el estadio del Paseo de Cervantes el cuadro albiazul se ha mostrado como un equipo solvente, capaz de llevar el ritmo de los partidos y de poner en serios aprietos a sus rivales con el único punto negro de los errores defensivos que le han costado encajar un gol en cada una de sus comparecencias ante sus aficionados.

Tiene que desterrar el conjunto vitoriano su disfraz de visitante, que le ha dado un rendimiento horrendo, para volver a vestir las pieles de guerra que exhibe en Mendizorroza. La enorme fortaleza como local, donde acumula siete de sus ocho puntos y sólo ha dejado escapar un empate, es la que salva los muebles del cuadro alavesista y así tiene que seguir siendo durante una jornada más si no quiere verse expuesto a una noche de cuchillos largos y decisiones traumáticas.

Para afrontar la necesaria victoria ante un Zamora que ha renacido gracias a sus dos últimas victorias consecutivas, la única duda radica en saber si el preparador de Haro apostará por alinear a dos puntas, Jito y Geni, o si mantendrá su sistema habitual con un enganche como Sendoa por detrás del único ariete. Las otras dos principales novedades en el once podrían ser Alex Quintanilla, que hará pareja con Indiano en el centro del campo, y Dennis en la banda izquierda