Vitoria. El Deportivo Alavés vive los primeros compases de la temporada 2011-12 sumido en una crisis de juego e identidad que en las últimas dos jornadas se ha trasladado a los resultados después de cosechar un pírrico punto frente a Arandina y Guijuelo. La ausencia de iniciativa en muchos tramos de los partidos y el ritmo monocorde del juego han sido más identificables que un estilo y una puesta en escena en concordancia con las exigencias del club. En los seis partidos disputados hasta la fecha, el punto táctico de partida albiazul ha sido idéntico, el 4-1-4-1 al que está entregado Luis de la Fuente. No obstante, y sobre todo en los dos últimos partidos, el dibujo con el que ha terminado el equipo, apremiado por las urgencias derivadas del marcador, ha reunido a dos delanteros en el campo, algo que dista mucho del plan original del técnico de Haro, que no ha contemplado hasta la fecha la posibilidad de alinear de salida a dos puntas y sólo lo ha realizado cuando se ha visto por detrás en el marcador y con el reloj apremiando.

Frente a la Arandina, el golazo de Joaqui fue el resorte que envió a Geni al terreno de juego. Dos minutos después de que marcara el conjunto burgalés, Luis de la Fuente sacrificó a un centrocampista -Lázaro- para dar entrada al delantero asturiano. Pese a no concretarlas, el Alavés concentró en esos minutos la mayor parte de su caudal ofensivo. En Guijuelo fue igual. La entrada de Geni al campo llegó antes, como el gol local, y se produjo sólo seis minutos más tarde de que se adelantara el plantel chacinero. De nuevo, el equipo cambió de cara, labró sus mejores ocasiones, empató el partido -precisamente Geni- y cuajó sus mejores minutos como conjunto. Las variantes tácticas, síntoma de la capacidad de un equipo para mutar dependiendo de la situación de partido, parecen en este caso más una vía de escape que un recurso. La decisión de alinear coyunturalmente a dos puntas puros responde más a una necesidad, a la premura y a la urgencia de tener que responder a un bofetón del rival, más que a una opción medida como plan alternativo si la idea inicial no sirve para jugar con autoridad y dominar el marcador. A falta de fútbol, gol. A falta de elaboración, agitación.

Así se entiende si se analizan los movimientos que Luis de la Fuente ha realizado a lo largo de este mes y medio de competición liguera. A excepción del partido frente a la Real Sociedad B, en el que terminaron sobre el césped Azkorra y Geni, nunca ha alineado a dos delanteros centro cuando su equipo no ha ido perdiendo. En la primera jornada, frente a Osasuna B, Geni entró sustituyendo a Gorka Azkorra (m.57) en un partido que el Deportivo Alavés no supo cerrar en la segunda parte y terminó cediendo dos puntos que tenía ganados. El segundo desplazamiento del equipo vitoriano dispuso el mismo guión e incluso peor final. Con 0-1 en el marcador favorable al Alavés, De la Fuente repitió el cambio, sentando de nuevo al delantero vizcaíno (m.54). Dos minutos después llegó el empate del Real Unión, que terminó venciendo por 2-1. Mendizorroza vivió lo mismo en la última victoria alavesista. Sólo un delantero en cancha tras el empate de Sendoa antes de alcanzar el descanso. Azkorra sustituyó a Geni (m.58), que comenzó el partido como titular. Durante más de media hora, el Alavés encaró un partido como local con una sola referencia ofensiva. La victoria final llegó en una jugada a balón parado que remató Aridane.

Estos vaivenes tan pendulares en función del resultado arrojan cierta endeblez sobre las convicciones tácticas del técnico, tan proclive a utilizar un sistema con un solo punta como a alinear dos en el preciso momento en el que se ve por detrás en el marcador. Hasta ahora, sólo el estado de urgencia, y no la alternativa táctica, ha llevado a Luis de la Fuente a alinear a dos delanteros centro juntos en algún momento.