Vitoria. Si el empate cosechado ante la Arandina se tomó como un mero accidente, la derrota frente al Guijuelo ha servido para que las primeras alarmas comiencen a encenderse en el seno del Deportivo Alavés. El discurso del presidente, como no podía ser de otra manera, gira alrededor de la palabra confianza, pero esta virtud es de las que se pierden de un día para otro y en el mundo del deporte profesional el primer damnificado casi siempre es el entrenador. No se cuestiona, de momento, la figura de Luis de la Fuente en el seno alavesista, pero está claro que el equipo tiene que enderezar primero sus resultados y luego su juego cuanto antes si el preparador de Haro no quiere verse con las maletas en las puertas de las oficinas del Paseo de Cervantes de manera prematura.
No es Avelino Fernández de Quincoces de esas personas a las que la lengua se les suelta después de un calentón. Sus palabras después de la derrota contra el Guijuelo no se escaparon del discurso preestablecido, pero queda claro que al presidente no le agrada la situación por la que está atravesando el equipo. Ayer, en la presentación de la tienda conjunta del Baskonia y del Alavés, el presidente albiazul realizó una exigencia de resultados positivos casi inmediatos.
"Tenemos que dar un salto y asumir que el Alavés está compitiendo, como mínimo, por estar en el play off de ascenso y la pérdida de estos puntos puede ser preocupante de cara al resultado final y, por lo tanto, lo que hemos hecho es dar un toque de atención, una llamada a la responsabilidad de todos porque entre todos tenemos que tirar de este carro", señaló Avelino Fernández de Quincoces.
Acompañado del director deportivo, Dani Barroso, el presidente se pasó ayer por la mañana por las instalaciones de Ibaia para contemplar la última parte del entrenamiento. El mismo había comenzado sobre el césped más tarde de los habitual porque el entrenador, Luis de la Fuente, había mantenido una larga reunión de cerca de tres cuartos de hora con sus jugadores.
Plantilla y cuerpo técnico visualizaron el partido contra el Guijuelo y analizaron todos los errores cometidos, que no fueron pocos. El propósito de enmienda es evidente a la vez que necesario, ya que el Alavés no puede permitirse seguir perdiendo puntos al ritmo actual. Las cifras comienzan a ser alarmantes: un solo punto de los últimos seis posibles ante oponentes de inferior potencial y también un único punto, en este caso de nueve posibles, en los compromisos disputados lejos de Mendizorroza.
"Tenemos plena confianza en la plantilla y en el cuerpo técnico, especialmente en el entrenador, pero solo hemos conseguido un exiguo puntos de seis posibles ante equipos que, con todos mis respetos, no tienen las mismas aspiraciones que el Alavés. Tenemos una obligación con la afición, la ciudad y el territorio y tenemos que estar donde tenemos que estar. Para eso, tenemos que exigir determinados comportamientos en los campos de juego. Espero que a partir del partido contra el Zamora podamos estar en ese camino de juego y resultados en los que queremos estar. Cuando decimos que tienen que llegar resultados ya, tiene que ser coherencia en el juego, como un equipo campeón y sumar puntos. No puede ser que sigamos en una dinámica de pérdida de puntos, de sumar un exiguo punto de seis posibles", señaló el presidente.
Dentro de este discurso de confianza, Fernández de Quincoces evitó marcarse un plazo para tomar decisiones drásticas, en este caso la destitución del entrenador, si los resultados no se enderezan de manera rápida: "No soy quién para marcar plazos o para hablar de una o cuatro semanas. Además, ese tipo de situaciones están en manos de los responsables deportivos".
Tranquilidad, de momento, pero con evidentes señales de que las urgencias ya se han instalado en la cúpula alavesista, que no quiere ver tirada por la borda la temporada cuando casi ni siquiera ha arrancado. Por ello, a la vez que pide paciencia a la afición, el presidente ya se ha encargado de transmitir la exigencia de comenzar a ganar con regularidad para sumar casi semanalmente de tres en tres y abandonar de esta manera la zona media de la tabla en la que se encuentra anclado el Alavés para resituarse en los puestos de privilegio que está llamado a ocupar. De lo contrario, el proyecto inicial podría variar sustancialmente muy pronto.