Vitoria. Los múltiples contactos que a lo largo de los primeros meses de este año dieron lugar al relevo en la cúpula directiva del Deportivo Alavés comienzan a ofrecer sus frutos. La Diputación Foral de Álava va a acelerar los trámites para liberar cuanto antes las ayudas acordadas con el club de tal manera que el consejo de administración que lidera Josean Querejeta pueda disponer cuanto antes del dinero que las instituciones y la Caja Vital, en este caso por vía crediticia, le garantizaron antes de que tomara las riendas del Glorioso. En total, la Diputación ofrecerá unas ayudas que alcanzarán los 1,3 millones anuales durante los próximos cuatro ejercicios, hasta el año 2015

Así lo dio a conocer ayer el diputado general, Javier de Andrés, al término del Consejo de Diputados de cada martes. El dirigente popular presentó el protocolo de actuación que seguirá el Gobierno foral para facilitar la refinanciación del Glorioso, un plan de ruta que incluye los pasos necesarios para la puesta en servicio del nuevo centro sociosanitario que ocupará las instalaciones del club en Izarra.

La puesta en marcha de las iniciativas que esbozó De Andrés implican la modificación de cierta normativa que en su día supuso un obstáculo para la entrada en el Alavés del grupo inversor liderado por Saski Baskonia, pero nadie espera que puedan darse problemas para ejecutar los cambios pertinentes, toda vez que el proyecto cuenta con el aval que supone el respaldo que los tres principales partidos políticos del territorio ofrecieron al pacto institucional. Así las cosas, el nuevo Gobierno foral -cuando se cerraron los acuerdos Javier Agirre aún ostentaba el cargo de diputado general- toma el testigo del anterior e impulsará los trámites que de una vez por todas deben dotar de una auténtica estabilidad financiera al Alavés.

En realidad, la Diputación pretende dejar el convenio con el Alavés fuera del debate presupuestario, tal y como ya acordaron las principales fuerzas políticas, por lo que se estima que en el plazo máximo de un mes quede resuelto. Dos serán los pasos fundamentales que llevará a cabo el Ejecutivo en esta dirección: la elaboración de un proyecto de norma foral que permita modificar la anterior Norma Foral de Régimen Económico y Presupuestario para poder acomodar las garantías que exige Caja Vital al Alavés para la concesión del crédito y otra norma foral para crear los créditos presupuestarios de compromiso por un importe de 1,3 millones de euros anuales entre el presente ejercicio y 2015.

En otras palabras, la Diputación pretende acomodar a la legislación foral los acuerdos que quedaron firmados en el pacto institucional. Toda vez que hace unos meses ya quedó constancia del respaldo que tanto el PP, ahora al mando, como PNV y PSE ofrecen a las operaciones que desembocaron en la entrada de Querejeta y sus socios, no se espera que la operación encuentre una oposición significativa y que estas iniciativas anunciadas salgan adelante.

La complejidad de las medidas, una de las cuestiones que en su día plantearon dudas al anterior Ejecutivo provincial, exige la participación en este proyecto de hasta tres departamentos de la Diputación. Promoción Económica, Hacienda y Asuntos Sociales -implicado por el uso que se le concederá al colegio de Izarra- se combinarán para cerrar, se espera que de manera definitiva, una de las etapas más complejas y turbulentas de la nonagenaria historia del Alavés. De una vez por todas, aunque en este caso se trata exclusivamente de ejecutar unos acuerdos alcanzados hace meses, la época en la que el Glorioso arrastraba las deudas que provocó Dmitry Piterman podrá quedar olvidada.

La refinanciación del club supondrá, en resumidas cuentas, la liberación definitiva del crédito solicitado a Caja Vital y que las instituciones tuvieron que avalar, la puesta en marcha de un centro para el tratamiento de lesiones de médula y daño cerebral en Izarra y, como consecuencia, el pago de un canon de 200.000 euros durante los próximos doce años en concepto de derechos de uso -con opción de compra- por los terrenos donde se ubicará el hospital, gestionado por la asociación Retos, a la que Diputación cede las instalaciones durante 75 años. Es el último paso hacia la normalización definitiva del Alavés.