Vitoria. Aunque esta tarde se dispute en Mendizorroza la que solo es la cuarta jornada liguera, lo cierto es que el Deportivo Alavés llega al derbi contra el Eibar con ciertas urgencias. A nadie escapa que el arranque de temporada, ni en el aspecto numérico ni mucho menos en el de las sensaciones, ha sido tan bueno como se esperaba y por eso el compromiso contra el cuadro armero se presenta como una prueba de fuego para el equipo de Luis de la Fuente. Demasiado pronto, pero es lo que tiene ir sembrando dudas a lo largo del corto camino que se ha recorrido hasta la fecha.
Necesita el cuadro albiazul los tres puntos, eso lo primero, y también despejar con un buen partido las incógnitas que ha dejado en el aire en sus cuatro primeros compromisos oficiales. Los minutos de buen fútbol escasean y el equipo necesita transmitir a la afición unas buenas sensaciones de las que ha carecido hasta la fecha. Ni siquiera en el último choque copero contra un oponente de Tercera División fue capaz el cuadro albiazul de ponerse mandón, hacerse con el balón y desplegar un juego convincente y solvente. Nada más lejos de la realidad. El sufrimiento que ha caracterizado al equipo desde el arranque del curso también se desplazó a tierras murcianas.
Pues bien, con el Eibar como oponente, el Alavés tiene la obligación de subsanar la pléyade de errores que jalonan su reciente andadura. Siempre ha sido el armero un equipo que ha sacado grandes réditos de las jugadas a balón parado y ahí han naufragado los pupilos de De la Fuente en el arranque del curso. Los cinco goles que ha encajado Rangel han llegado en jugadas de estrategia y necesita el conjunto albiazul taponar esa vía si no quiere mantenerse obsesionado cada vez que el rival saque una falta, un lanzamiento de esquina o una jugada desde la banda.
El de la estrategia es el primer punto defensivo a subsanar, aunque no el único. Cierto es que Rangel ha encajado al menos un gol en los tres compromisos ligueros, pero el sufrimiento no ha llegado solo a balón parado. De mantener, por fin, la portería a cero dependerán en buena parte las opciones de éxito de un conjunto albiazul que tendrá que apañárselas para frenar a una línea ofensiva eibarresa en la que la calidad abunda. Ahí están, por ejemplo, Arroyo y Tornero, extremos el año pasado del magistral Lugo; el exalbiazul Gabri; la velocidad de Mainz o el oportunismo de Altuna. Eso sí, en este apartado, el goleador, no anda cojo un Alavés que quiere una victoria que sirva para desterrar sus malas sensaciones y erigirse como uno de los gallos del grupo.