vitoria. El Deportivo Alavés encara su debut en Mendizorroza, ante la Real Sociedad B, como un partido importante pese a tratarse del segundo del año y de ser en el mes de agosto. El de hoy es un encuentro sobre el que edificar sólido o sobre el que asomarse a la endeblez. Es algo que difícilmente se puede explicar sólo con los tres puntos en juego. El proyecto comandado por Luis de la Fuente tiene ante sí una gran oportunidad para adquirir confianza, acercarse a sus convicciones y construir la identidad del equipo. Asimismo, la dificultad creciente del calendario, con Eibar y Real Unión en el horizonte, aviva la obligación de vencer y convencer. El escenario es inmejorable. Mendizorroza y su público esperan con los brazos abiertos un nuevo tiempo regado de ilusión. El Alavés llega a la cita con el mal sabor de boca que dejó ante Osasuna B con el empate en el descuento. Es algo sobre lo que se ha hablado durante la semana. De cara al choque de hoy, se prevén novedades. Con Vallejo fuera de la lista -jugará con el filial-, la entrada de David Lázaro en el doble pivote es una apuesta segura. El navarro se destapó en el primer partido como el centrocampista total del que habló Dani Barroso en su presentación. Acompañará a Carlos Indiano en un mediocentro que suena bien. En la delantera también puede haber variaciones, que vendrían posibilitadas por un cambio en el dibujo inicial, mudando del 4-1-4-1 al 4-2-3-1. Algo que quizás aproveche más el potencial del equipo. Al menos a día de hoy. La variación táctica dotará a Gorka Azkorra, aislado en muchos tramos del partido ante el filial osasunista, de la figura del enganche en la persona del capitán Geni. El asturiano regresaría así a la alineación titular tras su suplencia inicial. En la defensa también habrá cambios. La baja por paternidad de Dani López se ha prolongado, por lo que Asier Salcedo se perfila como titular en el lateral zurdo. La ausencia de un central reserva solvente impide el desplazamiento de Jon Moya a la banda.

rival incómodo La Real Sociedad B, por su parte, llega espoleada por su interesante debut ante el Real Unión, uno de los equipos llamados a estar arriba. El conjunto dirigido por Meho Kodro obtuvo la victoria por 1-0 en un partido en el que llevó la iniciativa en todo momento. Como todos los filiales, el realista es un equipo de gusto por la pelota, acelerado en ocasiones y con mucho dinamismo y calidad. Hoy no contará con su mejor jugador, Rubén Pardo, convocado por Philippe Montanier. El año pasado fue uno de los rivales más incómodos que encontró el Deportivo Alavés. Y es que el conjunto dirigido por Miguel Ángel Álvarez Tomé no pudo sacar adelante ninguno de los dos choques. En Zubieta perdió por 1-0, mientras que en Vitoria, también pronto, en la tercera jornada del campeonato, no pudo pasar del empate (1-1).

Las características de los filiales son asumidas y comunes. Calidad, gran tono físico al principio del curso y bisoñez. Las primeras son dos amenazas a tener en cuenta, aunque el Alavés también tiene calidad notable y físicamente las piernas van a pesar menos que en el Reyno de Navarra. La tercera es una rémora a atacar, algo que no supo hacer el equipo de Luis de la Fuente ante Osasuna B. Quizás por el físico, aunque también adoleció de ambición y falta de oficio. Esta será una de las asignaturas a cumplir hoy. La capacidad para manejar el partido con veteranía y alejarlo de la efervescencia y el vértigo que propondrá la Real Sociedad. Algo que se le debe exigir a un pretendiente al ascenso como el conjunto vitoriano. Los escenarios que puede encontrar ante sí el Alavés a las 22.30 de la noche son opuestos. El de hoy es un partido referente en los primeros compases del curso. El que marca la diferencia entre un comienzo con pulso, solvencia y resultados y el agobiante, presa de las dudas y a remolque desde el principio en una temporada larga de gran demanda física y mental. Despegar o remar.