Vitoria. El Numancia no pierde la esperanza de poder contar con el alavesista Iván Malón en su plantilla de la próxima temporada. Un sentimiento que obtiene reciprocidad por parte del lateral derecho. Lo que para el club se antoja un refuerzo de garantías y con proyección para formar un buen tándem en su banda derecha con el recién fichado Unai Expósito, para el jugador es la oportunidad de disfrutar del ansiado salto de categoría. Por eso, la confluencia de los intereses de ambos es total.

Sin embargo, en el medio de esta relación se encuentra el Deportivo Alavés, que dispone de un año más de contrato con el futbolista levantino y está dispuesto a hacer valer esta circunstancia hasta las últimas consecuencias. Tras un primer acercamiento que no fructificó en acuerdo alguno, Malón ha vuelto a ponerse en contacto con el nuevo consejo de administración albiazul para tratar de abrir alguna puerta a la esperanza. La respuesta fue la solicitud de un poco de tiempo para estudiar más a fondo su caso y el emplazamiento para una nueva conversación a finales de esta semana.

Un plazo que, en principio, el Numancia está dispuesto a respetar sin sondear el mercado en busca de un sustituto. En cualquier caso, se antoja bastante poco probable que la situación pueda variar significativamente. Y es que el principal escollo para que la operación concluya satisfactoriamente para todas las partes implicadas continúa siendo el mismo. El combinado soriano se mantiene fiel a su estricta política de contención de gastos y, por ello, no está dispuesto a pagar ni un solo euro en concepto de traspaso. Como quiera que a Iván Malón todavía le resta una temporada más de contrato en Mendizorroza, el Alavés desea recibir una compensación a cambio de dejarlo marchar antes de tiempo. Con este complicado escenario, todo apunta a que, salvo sorprensa inesperada, el lateral continuará defendiendo la elástica albiazul el próximo ejercicio.

Guerra de grupos En otro orden de cosas, la próxima asamblea de la Federación Española de Fútbol -todavía sin fecha fijada- en la que se decidirá la distribución de los equipos en los diferentes grupos de la Segunda División B se presenta de lo más movida. Y es que a la cita comparecerán propuestas de lo más diversa con importantes apoyos tras ellas. Así, mientras que la territorial vasca quiere un lote integrado por vascos, castellano-leoneses, cántabros y riojanos que aglutinaría los criterios de lógica y proximidad, la Federación de Castilla-León optará por otra idea tras aprobarlo por una mínima mayoría de seis votos contra cuatro. De esta manera, pretende que sus diez equipos compitan con gallegos (4), asturianos (2) y extremeños (4).