Vitoria. Son muchas las veces en las que se utilizado la expresión "semana decisiva" para referirse al futuro del Deportivo Alavés, pero, ahora sí, todo hace indicar que los días que vienen por delante son los que tienen que marcar la resolución del problema económico-institucional que tiene ahogada a la entidad del Paseo de Cervantes. El calendario dibuja una semana plagada de acontecimientos que tienen que servir para definir la situación por completo y dejar aparcadas las incertidumbres que durante tantos meses han acogotado al club.

La cuestión más candente durante los últimos días ha sido la de la solución propuesta por el alcalde de Vitoria para garantizar los 800.000 euros del crédito de dos millones requerido por el grupo inversor que se quedaban sin avalar. Javier Maroto y sus asesores optaron por un contrato de esponsorización a través de Gilsa, solución que ha sido muy criticada y escasamente aceptada desde las filas socialistas, que no apoyan de momento esta decisión al igual que el Partido Popular sigue sin unir su firma al plan de acompañamiento institucional diseñado por PNV y PSE y que asegurará al Alavés un báculo económico millonario para las próximas temporadas.

Los principales grupos políticos del territorio tienen la obligación de ponerse de acuerdo cuanto antes para alcanzar una solución mancomunada y poder presentar ante Caja Vital antes del miércoles toda la documentación para la concesión del crédito, resolución que sigue esperando el grupo inversor, escondido desde hace un par de semanas pero en el que sigue latente el deseo de completar el desembarco en las oficinas del Paseo de Cervantes.

Precisamente para que este conglomerado empresarial liderado por Josean Querejeta salga de ese segundo plano y manifieste sus intenciones futuras con respecto al Alavés, la actual directiva presidida por Alfredo Ruiz de Gauna realizó el pasado jueves un ultimátum. Hasta el miércoles tiene el grupo inversor de plazo para solicitar la reapertura de la ampliación de capital respetando las condiciones pactadas con Ruiz de Gauna en el anterior y abortado traspaso de poderes. Si para entonces no hay respuestas, Ruiz de Gauna pondrá en marcha un plan alternativo para intentar conseguir los recursos económicos necesarios para que el club no baje la persiana por los impagos.

En el horizonte, concretamente en el 30 de junio, se presenta la amenaza del descenso por impagos a la plantilla. Los asesores jurídicos del club tienen la jornada de hoy como la última hábil para presentar los recursos a las reclamaciones de los jugadores e intentar rebajar la deuda con ellos. Por otra parte, el martes se celebra un nuevo juicio en el que otro grupo de acreedores volverá a solicitar al Juzgado de lo Mercantil que decrete el incumplimiento del convenio por impagos.