Vitoria. Apareció en la sala de prensa del Ayuntamiento unos minutos después de las 12.00 horas con una estética clavada a los carteles que han poblado Vitoria durante la campaña electoral. Camisa blanca remangada y rostro de haber estado enfrascado durante toda la mañana en su despacho departiendo con los principales implicados. Algo acelerado en los primeros compases, su discurso se volvió más pausado cuando estaba a punto de lanzar la noticia por la que todos los medios habían acudido a una comparecencia "atípica y de urgencia". Javier Maroto anunciaba su primera gran decisión como alcalde cuando aún quedan tres días para tomar posesión de su cargo. "Si a día de hoy lo único que frena el proceso de capitalización del Alavés es el aval del crédito, el Ayuntamiento se compromete a avalar los 800.000 euros que restan para que la operación se cierre ya", disparó el nuevo alcalde de la capital alavesa.

Sus palabras resonaron en la sala de prensa ante el silencio de la mayoría de los presentes. De repente, la salvación del cuadro albiazul se atisbaba más clara que nunca. "No podía ser alcalde sin saber que he hecho todo lo posible para salvar al Alavés. Esta misma mañana he tenido oportunidad de cerrar el acuerdo con Josean Querejeta y he obtenido la ratificación de la Caja Vital. Si las demás partes cumplen con el compromiso que alcanzaron el pasado viernes, yo cumpliré con el mío", explicaba Maroto en alusión al acuerdo cerrado entre Querejeta y Gauna y la intención del grupo inversor de avalar personalmente la mitad de los dos millones de euros solicitados a Caja Vital.

Durante su rueda de prensa, visiblemente satisfecho con el resultado de sus rápidas negociaciones, el futuro alcalde, que ni siquiera consultó la decisión con el resto de grupos del Pleno gasteiztarra -"doy por hecho que están de acuerdo con sus ejecutivas provinciales", explicó- incidió en dos asuntos capitales. "El Ayuntamiento avalará, que no pagará, los 800.000 euros que restan para cerrar el", recalcó antes de recordar que los 200.000 euros restantes saldrán de la Diputación foral de Álava. El aval del Consistorio, de garantía mancomunada -cada parte responderá por su aportación- allana de golpe y plumazo una senda que en apenas unos días se había vuelto intrincada y rocosa.

El PP, que hasta ahora se había mantenido al margen de los acuerdos entre PNV y PSE, alzó ayer su voz más alto que el resto apenas unos minutos después de que Claudio Rodríguez, teniente de diputado general, lamentara que el grupo popular "disponga desde hace más de un mes del texto acordado por los otros dos partidos y no nos haya contestado", expresaba el jeltzale poco antes de conocer la noticia del aval del Ayuntamiento. Rodríguez, que se enfrentaba a los medios por primera vez desde las elecciones tras el consejo de diputados, quiso apuntar que "la Diputación ha aportado más que nadie para evitar la desaparición del Alavés". "No tenemos nada que ocultar. Hemos hecho lo que teníamos que hacer y algo más. Los cabos estaban atados y bien atados, pero la relación entre el grupo inversor y la entidad financiera era asunto de ellos, por eso nos hemos mantenido al margen", aseveró el teniente de diputado. Un margen por el que se ha adentrado el nuevo Consistorio.