Vitoria. El proceso de ampliación de capital que se perpetúa en el Deportivo Alavés sigue quemando sus particulares plazos sin que se avisten por el momento soluciones, lo que ya supone situar toda la operación en una situación cada vez más complicada al no darse todavía las condiciones planteadas por el grupo empresarial liderado por Josean Querejeta para afrontar su desembarco en la entidad del Paseo de Cervantes. El transcurrir de los días sin que nada ocurra ha conducido ya al alavesismo a una sensación de desilusión que llega ya a rozar el desinterés. Cuando todo parece tener una solución cercana, la luz verde definitiva no se acaba de encender. Durante mucho tiempo se lleva diciendo que la siguiente es ya la semana, que el de mañana es ya el día, pero, a la hora de la verdad, la aguja del reloj albiazul sigue girando sin que se produzca la noticia definitiva. Hay movimientos, todos los del mundo e incluso alguno más, pero la situación sigue estancada en el mismo punto en el que está aparcada desde ya hace semanas. Ayer se agotó un nuevo plazo dentro del proceso de capitalización y el grupo inversor sigue sin ver materializadas las exigencias que planteó el pasado 2 de abril, cuando anunció públicamente su decisión de capitalizar el Alavés con 2,5 millones de euros. Ya entonces se pensaba que la solución era inminente, pero después de dos meses de idas y venidas, dimes y diretes, las posturas iniciales no han variado demasiado, lo que sitúa al proceso en un preocupante punto muerto que parece imposible, pese a los esfuerzos, abandonar.
La de ayer volvía a plantearse como una jornada definitiva, pero los hechos recientes han servido para dejar bien claro que en este tortuoso proceso el tiempo lleva su ritmo particular. La del 3 de junio era una fecha doblemente marcada en el calendario de la capitalización. Por una parte, concluía ayer el plazo hábil de la prórroga concedida por la actual directiva albiazul para la compra de nuevos títulos. Por otra, expiraba también el acuerdo alcanzado el pasado lunes entre los actuales mandatarios y el conglomerado empresarial que pretende la capitalización para proceder al cambio de poderes.
Pues bien, ni hubo capitalización ni, por consiguiente, se produjo el deseado relevo en la cúpula de la entidad del Paseo de Cervantes, que sigue con su particular supervivencia a bandazos. El acuerdo exprés alcanzado el pasado lunes entre las dos partes -el que permitió la retirada de las denuncias por incumplimiento de convenio por parte de los acreedores- marcaba el día de ayer como fecha límite para que el grupo inversor procediese al ingreso de los 2,5 millones de euros en las cuentas del club para, seguidamente, proceder al relevo en la directiva con las dimisiones de los actuales miembros del consejo de administración y el nombramiento de los nuevos consejeros.
La prórroga de la ampliación de capital concluyó ayer sin que los talones por valor de 2,5 millones de euros del grupo inversor vieran sus fondos traspasados a las arcas del club, una situación que los empresarios implicados en el proceso ya habían previsto el jueves, cuando solicitaron a Alfredo Ruiz de Gauna que les concediese una nueva prórroga -tanto en la ampliación de capital como en el acuerdo para el relevo en la directiva- para ganar tiempo y cerrar todos los apartados que siguen abiertos.
En este sentido, la de ayer fue una jornada de intenso trabajo por parte de los empresarios que pretenden capitalizar el Alavés, quienes desde primera hora mantuvieron diversas reuniones para intentar desbloquear las situaciones que se encuentran enquistadas y que desde el grupo liderado por Querejeta se consideran como condiciones ineludibles para afrontar el desembolso de 2,5 millones de euros de capital privado.
ajetreada jornada Avelino Fernández de Quincoces, Jesús Echave, Santiago Martínez de Arenaza y Fernando Ortiz de Zárate, acompañados por asesores legales y el director financiero baskonista Manu Mendi, estuvieron ayer en la sede central de Caja Vital, concretamente en el departamento de empresas, para aportar documentación relacionada con el crédito. Tras una reunión que se extendió a lo largo de noventa minutos, el grupo abandonó la entidad financiera sin conseguir avances en una negociación estancada desde hace tiempo. La documentación aportada será estudiada en los próximos días por los técnicos de riesgos y se emitirá el veredicto definitivo acerca del crédito que el grupo inversor considera como fundamental para proceder a sanear las arcas albiazules.
Una vez finalizada esa reunión en la sede de Caja Vital, Fernández de Quincoces, Echave, Martínez de Arenaza y Ortiz de Zárate se desplazaron hasta las vecinas dependencias del pabellón Buesa Arena, en cuyas oficinas les aguardaba una nueva cita de altura, en esta ocasión con los máximos responsables del Partido Popular en Álava, Alfonso Alonso y Javier de Andrés. La reunión, en este caso, servía para tratar el asunto concerniente al apoyo de los principales grupos políticos de la provincia, al que quedan por sumarse los populares tras haberlo definido el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Socialista de Euskadi. En dicha reunión hubo buena sintonía entre los asistentes, pero no llegó a producirse el compromiso definitivo del partido que gobernará el Ayuntamiento de Vitoria a través de Javier Maroto y que también aspira al bastón de mando en la Diputación Foral de Álava con el mencionado De Andrés.
Tras estas dos reuniones, y al no darse los requisitos previos marcados por los inversores, el grupo empresarial se mantuvo reunido durante toda la tarde y tomó la decisión de no proceder a la capitalización y darse un nuevo margen de tiempo a la espera de una respuesta positiva a sus requerimientos, contestación que debe darse en un breve espacio de tiempo. Mientras tanto, la ampliación queda de nuevo cerrada a la espera de que Ruiz de Gauna la abra de nuevo, con catorce días y el 29 de junio como límites insuperables.