Vitoria. Las negociaciones entre Alfredo Ruiz de Gauna y Josean Querejeta han abandonado el marco privado para trasladarse a la primera plana. Incluso en un fin de semana en el que Alavés aspira a dar un paso de gigante en su rumbo hacia la Segunda División, la junta directiva albiazul quiso ayer salir a la palestra para dejar a un lado lo deportivo y, a través de un extenso comunicado, cargar contra el grupo inversor liderado por el Baskonia. Lo que hasta hace una semana parecía un acuerdo a punto de sellarse deja ahora un enorme socavón cuya profundidad real sólo la marcará el tiempo.

Como adelantó ayer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el Baskonia se niega a iniciar el proceso de capitalización si Gauna no firma el balance de cuentas que dictamine el estado real de las arcas de Mendizorroza. Una rúbrica que la entidad azulgrana considera imprescindible y que hasta la fecha no ha contado con el beneplácito del actual presidente, descontento con la propuesta de Querejeta para proceder al pago de los 500.000 euros de deuda que tiene pendientes de cobro.

Ayer, apenas unas horas antes de que el equipo dirigido por Álvarez Tomé salte hoy al césped para verse las caras con el Melilla, Ruiz de Gauna cargó con dureza contra el Baskonia por lo que considera "una estrategia destinada a desacreditarnos" y, al mismo tiempo, lanzó su propio ultimátum al nuevo grupo inversor al asegurar que acometerá el traspaso de poderes "de forma inmediata en el momento en el que se haga efectiva la capitalización, como así exigen las instituciones". Enojados por lo que consideran un trato discriminatorio frente a las facilidades encontradas por el Baskonia, la familia Gauna extendió sobre la mesa de forma pública sus propias condiciones para que el largo proceso de capitalización viva su ansiado punto final.

"Para que no existan suspicacias de ningún tipo, este consejo está dispuesto a afirmar públicamente y a firmar ante notario que no tocará un solo céntimo de esos 2,5 millones una vez estén ingresados", aseguraron desde las oficinas del Paseo de Cervantes antes de disparar contra las instituciones y el grupo encabezado por Querejeta: "Si el proceso de capitalización no se produjera significaría que Saski Baskonia no ha tenido ni tiene intención ni capital para entrar como máximo accionista del Deportivo Alavés. Ahora es el momento de demostrar que realmente tienen los 2,5 millones a disposición del club".

"un juguete político" De cualquier forma, más allá de expresar su visible enfado al sentirse ninguneados por las instituciones públicas -"cualquier excusa es buena para que se utilice a este consejo como cabeza de turco", sostienen- los actuales responsables del Alavés incidieron de nuevo en que no serán "obstáculo" para la entrada del Baskonia. Una afirmación que Alfredo Ruiz de Gauna ha mantenido desde los albores del proceso negociador con Josean Querejeta. "No vamos a servir al grupo inversor como excusa perfecta para no entrar en la operación de la que llevan cinco meses diciendo que están en disposición de entrar. No vamos a admitir más órdagos públicos. El proceso es tan simple como capitalizar y traspasar poderes", zanjó finalmente la junta directiva albiazul, para la que el club vitoriano se ha convertido en "un juguete político" después de las pasadas elecciones. Así las cosas, las negociaciones entre Alavés y Baskonia se encuentran ahora en un complicado punto muerto y una perspectiva de resolución incierta a corto plazo.