Vitoria. Uno de los principales puntos de fricción que impiden, por el momento, el desembarco del grupo inversor que proceda a la capitalización del Deportivo Alavés parece a punto de limarse definitivamente. No está previsto que Caja Vital dé hoy el beneplácito a la concesión del crédito de dos millones de euros que solicita el grupo inversor, pero lo cierto es que los movimientos de los últimos días, con el exigido cambio de avales, han propiciado que una situación que se encontraba estancada haya visto cómo se producen pasos que a lo largo de la próxima semana pueden ser definitivos para su resolución.

Caja Vital, a través de su comisión de riesgos, argumentaba hasta la fecha que los avales presentados en un primer momento eran completamente insuficientes para proceder a conceder un crédito de semejante riesgo. Tras semanas de tiras y aflojas, esas garantías financieras para que la entidad de ahorro pueda asegurarse el cobro en caso de impagos han variado sustancialmente y se espera que sea durante la próxima semana cuando se proceda a la concesión de dicho crédito por valor de dos millones de euros. Esta decisión supondría la superación del principal escollo que en estos momentos presenta el cierre del proceso capitalizador.

Y mientras que el asunto crediticio parece tener ya un final cercano una vez que se han cambiado los avales, todavía quedan otros dos asuntos pendientes de resolver para que el grupo inversor proceda a completar la capitalización.

Por una parte, dentro del gran acuerdo político global que el grupo encabezado por Josean Querejeta pretende para su desembarco, la postura del Partido Popular sigue produciendo incertidumbre. Los populares estuvieron desplazados de todo el proceso negociador, comandando por el jeltzale Claudio Rodríguez y el socialista Txarli Prieto, y ahora pretenden poner su particular sello a este pacto global antes de proceder a su firma. En este sentido, el presidente baskonista ya ha mantenido contactos con altas instancias populares y no parece que estos se vayan a convertir en un obstáculo para que se complete la capitalización.

La última trama pendiente dentro de todo este proceso es la que atañe a la negociación entre el grupo inversor y la actual directiva. Los responsables legales de Querejeta y Ruiz de Gauna ya se han cruzado varias comunicaciones para intentar atar todos los cabos y dichos contactos han sido, hasta la fecha, completamente infructuosos.

Ninguna de las dos partes acaba de aceptar las condiciones que se exigen desde la otra orilla y el acuerdo entre ambas sigue tan lejano como el día en el que se iniciaron las negociaciones.

Desde el grupo inversor se ha ofrecido a Ruiz de Gauna percibir los 500.000 euros de deuda que el club tiene con su actual presidente en dos pagos fraccionados de 250.000 euros, pero el empresario no está de acuerdo en las formas en las que se van a llevar a cabo dichos pagos, que quedarían pendientes de que los nuevos accionistas mayoritarios no se encontrasen con puntos oscuros dentro del balance de tesorería que dejen los actuales gestores.