Veinte temporadas acumula ya Miguel Ángel Álvarez Tomé en los banquillos, repartidas entre Tercera División y Segunda B, y el técnico leonés afronta este fin de semana su decimosegundo play off de ascenso. El preparador albiazul ha demostrado a lo largo de dos décadas que tiene una especial habilidad para conducir a sus equipos hasta la ronda definitiva -a los once play off hay que añadir la destitución del pasado año en Granada y su paso del banquillo a la secretaría técnica en León, con equipos que al final disputaron la fase de ascenso-, pero en su trayectoria también destaca el hecho de que nunca haya conseguido un ascenso de categoría, una mácula dentro del historial brillante de uno de los técnicos más reconocidos de la categoría de bronce. Ahora, con el Alavés, se le presenta una nueva oportunidad de quitarse esa espina que lleva clavada.

"Casi siempre he estado luchando por el ascenso, por estar arriba, con equipos más grandes y más pequeños. El ascenso se ha rozado en varias ocasiones, se ha tenido cerca, pero el fútbol en ese sentido ha sido un poco caprichoso conmigo. En algún partido fallamos un penalti en el minuto 93 después de un autogol... Bueno, hay que ser positivo, aprender de todas las experiencias, quedarte con lo mejor e intentar transmitirlo a los jugadores", asegura el técnico albiazul.

La historia que esta temporada vivirá su decimosegundo capítulo arrancó cuando el preparador leonés apenas contaba con 32 años. Tras entrenar a equipos de categorías inferiores, en la campaña 1991-92 cogió las riendas del Atlético Astorga y le condujo a la fase de ascenso, donde se vio superado por Alcalá, Carballiño y Lealtad.

Tras su gran estreno en el conjunto maragato llegó su fichaje por el Atlético Bembibre, también de Tercera, con el que disputó cuatro fases de ascenso consecutivas, quedando en todas ellas en la cuarta posición de su grupo. En la que fue su última campaña en el club berciano, la 1996-97, no consiguió clasificarse para el play off, pero su excelente trayectoria le abrió las puertas de la Segunda División B con su fichaje por la Cultural Leonesa, el club de su ciudad.

En esas eliminatorias de ascenso a Tercera comenzó a notar el preparador albiazul la diferencia que existía entre estos partidos y los disputados anteriormente a lo largo de la temporada: "No tiene nada que ver una cosa con la otra y creo que a nosotros nos viene muy bien porque no estamos en nuestro mejor momento y el Melilla sí, pero eso no le da ninguna ventaja. Partimos de cero y lo que hemos hecho no vale".

sensacional trayectoria En su estreno en la categoría de bronce repitió lo que había conseguido en su primera campaña en Tercera División. Como había hecho con el Atlético Astorga, Álvarez Tomé condujo a la Cultural Leonesa al play off en la temporada de su debut. Eso sí, la particular historia se repitió también en la fase de ascenso, en la que nada pudo hacer la Cultural ante poderosos oponentes como Barcelona B, Cádiz y Castilla. Cuarto, otra vez.

Las dos siguientes temporadas no vieron a Álvarez Tomé en el play off. En la primera, tras pasar a ser director deportivo cuando la Cultural marchaba en la segunda posición, aunque el preparador leonés se siente partícipe de esa clasificación. "Cuando me ascendieron éramos el segundo mejor equipo de toda la categoría". Tampoco el conjunto leonés pudo hacer nada en la fase de ascenso. En el curso 1999-00 inició su idilio con el Zamora, al que consiguió salvar del descenso tras llegar al banquillo cuando el equipo estaba colista en la que considera como "la mejor temporada" de toda su carrera.

En su segunda campaña en tierras zamoranas, ya desde el principio, Álvarez Tomé consiguió volver al play off. Dentro de una fase de ascenso en la que se cruzó con el Amurrio, el conjunto castellano terminó cuarto de su grupo. Golpe moral sí, pero ninguna decepción: "Con muchos equipos lo raro era clasificarse para luchar por el ascenso porque tenían presupuestos muy bajos, pero ha habido de todo. No es fácil en una fase regular estar siempre entre los primeros", recuerda, a la vez que pondera el hecho de mantener a sus equipos siempre en la zona alta.

Regreso a la Cultural, de nuevo al play off. Y de nuevo cuarto clasificado en la fase de ascenso. Una segunda campaña en la que no metió al equipo leonés en la ronda definitiva le condujo a la Ponferradina, equipo en el que en su segunda temporada, tras finalizar primero en la fase regular, clasificó para el play off. La primera ronda, en la que cayó contra el Alcalá, fue el techo entonces del conjunto berciano, que tras la decepción dejó de contar con el preparador leonés.

a un solo paso Encontró espacio de nuevo Álvarez Tomé en León durante una temporada en la que no logró el objetivo del play off y regresó a tierras zamoranas, donde ya era venerado y se ganó definitivamente un sitio en el Olimpo. Tras una primera campaña sin play off, consiguió meterse en la fase de ascenso con el cuadro castellano en las temporadas 2007-08 y 2008-09. En la primera de ellas, apenas un gol le alejó de un ascenso que se acabó llevando el Rayo Vallecano, mientras que en la segunda, ya con el sistema de competición actual, fue eliminado por un Villarreal B que acabaría ascendiendo.

"Todos vemos dónde están ahora el Rayo y el Villarreal, pero en todos los partidos tuvimos expulsiones en la primera parte. Hay cosas que no solo dependen del equipo, del entrenador y de los jugadores. Hay circunstancias que no manejas y que este año durante la fase regular no nos han ayudado mucho. Aquí cada uno tiene que trabajarse y ganarse lo que busca, así que vamos a tocar madera y esperar que ese factor nos vaya un poco mejor", augura.

Precisamente en ese último año en el Zamora se estrenó el actual formato de ascenso. En este sentido, el preparador albiazul cree que lo importante en este sistema de competición es no fijarse metas a futuro. "Lo que tienes que hacer es prepararte para un solo partido. No para dos, solo para uno. Ahora solo vemos noventa minutos", resalta.

Los sinsabores finales se repetían, pero las trayectorias de todos sus equipos ratificaban la fiabilidad de un Álvarez Tomé que se encontró en el Granada con la mejor opción de ascender que ha tenido en su carrera al contar con una plantilla de un nivel muy superior a la media de la categoría. Por unas y otras razones, más relacionadas con lo institucional que con lo deportivo, fue destituido en el tramo final del curso, cuando el cuadro nazarí marchaba segundo y tenía muchas opciones de ser primero, como al final ocurrió, y de ascender, objetivo que también conquistó el Granada que ahora lucha por estar en Primera. Está claro que al preparador leonés le gustaría haber sido protagonista, pero esa etapa forma parte del recuerdo. "Yo siempre juego a ganar, aunque esté jugando una partida al mus o a los chinos. Siempre apuesto por ganar y cuando me llevo un tortazo antes de tocar el suelo ya estoy pensando en levantarme", asegura.

Once play off que acabaron de la misma manera. A Álvarez Tomé le llega con el Deportivo Alavés la gran oportunidad que tanto tiempo lleva esperando. Ahora sí, a la decimosegunda ocasión va la vencida, la ocasión de poner el broche de oro a una carrera brillante.