vitoria. Todo lo que sube baja. Sí, pero una vez que se toca fondo, también comienza de nuevo a subir. Así lo ven tanto Manolo Serrano como Juan Señor, dos históricos albiazules que confían en que el cuadro babazorro tenga su propio efecto rebote y empiece en breve su escalada tras su particular caída a los infiernos. Catalán y maño han vivido con pena este descenso hasta las catacumbas del conjunto vitoriano, por el que los dos sienten un gran cariño especial. "Allí me dieron la oportunidad de formarme como jugador y fui muy feliz", recuerda Señor. "Fue mi mejor época", rememora Serrano.

Los dos no olvidan la mágica fecha del 16 de mayo de 2001. "Fue fantástico ver cómo un equipo humilde llegó tan arriba", confiesa el zaragozano, que vio el encuentro en casa con los suyos. En familia y desde la distancia tratando de dar ánimos a su exequipo también siguió el encuentro el ex delantero. "Pese a no estar en Vitoria, por el contacto que tenía con amigos se palpaba en el ambiente que era algo grande. Todo el mundo desprendía ilusión".

Son recuerdos imborrables. Aún los tienen en la retina como si fuera ayer. ¿Cómo olvidar una final así?, comparten ambos. "Es que fue un partido emocionante. Jugado de poder a poder y al final no salió cara, pero hay que estar orgulloso de la imagen que dio el Alavés y de la fiesta que se vivió en Vitoria", comenta Señor al respecto. "Fue una final épica, algo mágico y para mí el campeón moral fue el Alavés", añade Serrano, quien no olvida la tristeza de los jugadores albiazules tras el gol de oro. "Ver a amigos como Desio y Pablo llorar fue un palo muy duro".

Más complicado de asumir para ambos ha sido la caída que ha sufrido la institución albiazul desde entonces. Dos años después llegó el descenso a Segunda, la temporada siguiente se produjo el fallido intento de regreso a la Liga de las estrellas con Pepe Mel en el banquillo y al final de curso Antón vendió el club a Piterman. Julio de 2004. Fecha clave en el posterior devenir del Alavés. Y es que pese a la ilusión generada con la llegada del ucraniano y el ascenso a Primera esa misma campaña, los despropósitos y desmanes que se produjeron bajo el mandato del ínclito presidente llevaron al club a la ruina.

EL ORIGEN DEL MAL Serrano tiene claro quién ha sido el culpable de este descenso a los infiernos, que ha sentido y ha sufrido en lo más profundo. "El Alavés después de lo que hizo Piterman no se ha recuperado y, una vez que tocas el cielo, la caída es muy dura", asegura el de El Masnou. Juan Señor, aunque no cita al ucraniano, también le pone como el artífice de los problemas sufridos por los de Mendizorroza en estos últimos años, algo que le "entristece" y más tras ver "hasta dónde había llegado" y apunta además que ahora no está "en el sitio que le corresponde".

El zaragozano culpa a los proyectos faraónicos del empresario estadounidense del agujero que tiene hoy en día el club. "No ha habido la gestión conveniente. No era un camino real", censura. Serrano comparte su opinión y añade al respecto que "cuando se invierte en cosas raras y se gasta el dinero que no se tiene pasa esto".

Las consecuencias fueron funestas. Y es que en Primera el equipo tan sólo permaneció un año. Después se mantuvo a duras penas otros dos en Segunda y al tercero, después de jugar mucho tiempo con fuego, se produjo el descenso a Segunda B. El Alavés regresaba al pozo del fútbol español 14 años después y encima tenía un agujero de 25 millones de euros.

HAY LUZ PARA EL FUTURO Agujero negro. Oscuridad. Ley Concursal, juicios e impagos. Así ha sido últimamente el día a día de la entidad de Mendizorroza, más pendiente de los despachos que de la actualidad deportiva. Siempre con la espada de Damocles encima al estar al acecho en todo momento la sombra de la disolución del club.

Al menos hay luz en el horizonte. Así lo ven los dos históricos albiazules. "Lo positivo de bajar al infierno es que el tocar fondo implica una regeneración para que el club vuelva a estar ahí, donde se merece", confía Señor.

Serrano también es optimista. "Claro que se puede volver a ser el de antes. No se puede despreciar a un club que tiene 90 años de historia", asegura el catalán. Esperanza para el futuro. "La luz siempre está ahí. Lo que hay que hacer es abrir la ventana", apostilla el maño.

Los dos tienen claro cuál es la receta para que el Alavés sea fiel a su himno y resurja otra vez. "Habrá que tomar decisiones que serán políticamente incorrectas. Hay que ser realistas y conscientes de que va a ser duro, pero los sueños están ahí y con trabajo se pueden conseguir", apunta Señor, para quien en los momentos de crisis los equipos deben tirar de "cantera y de gente que se identifique con el club, algo que genera ilusión en el entorno".

Serrano apunta como clave para la resurrección la unión de todo el alavesismo. "Es hora de que todos arrimen el hombro. No hay que ser egoístas ni tratar de sacar beneficio del club. Es el momento de que todos trabajen en la misma dirección", concluye uno de los artífices del penúltimo ascenso a Primera.