Pocos habrán llevado al Alavés más alto que Zerain.
Hombre, hemos intentado empujar en los malos momentos como se ha podido y el Himalaya es un lugar especial para desde allá mandar las buenas vibraciones al equipo.
¿Qué siente cuando porta una bandera de su equipo a más de 6.000 metros?
Para mi es un orgullo, porque representas a mucha gente que está ahí detrás del equipo.
¿Cómo recuerda la final?
Estábamos intentando ascender el Ama Dablan y había bastante jaleo. Todo el mundo estaba bastante inquieto.
¿Por qué?
Estábamos en comunicación con los medios de Vitoria para hablar de montaña y la montaña casi no tenía interés, ya que sólo se hablaba del partido durante todos esos días. Se nota que la gente lo estaba viviendo.
¿Qué les decían las otras expediciones que estaban con vosotros?
Les llamaba mucho la atención cómo un equipo humilde había llegado en Europa tan lejos, con esa elegancia y con ese descaro.
¿Cuál fue la clave para que el Alavés pudiera llegar tan lejos en un ‘ochomil’ como es alcanzar la final de la UEFA?
El equipo estaba muy compenetrado, eran un grupo de amigos que se divertían jugando.
Y, el líder de la expedición, Mané, ¿qué papel jugó?
Fundamental. Él fue clave. Si alguien consiguió aunar a toda esta gente y sacar lo mejor de ellos fue Mané.
Una pena que faltó la cima.
La cumbre está bien, pero la cima no siempre lo es todo y ya se vio que, sin culminar la expedición, el Alavés dejó una imagen para el recuerdo. Además, el deporte siempre te da la oportunidad de revancha. Yo en ese 2001 no pude subir el Ama Dablan, pero volví después y lo conseguí. Pues el Alavés volverá de nuevo y lo conseguirá.
Le veo optimista. Ya hablando un poco del presente, usted que sabe de ascensos, ¿qué necesitan los de Álvarez Tomé spara culminar este con éxito?
Que hidraten bien, que hagan descanso activo ya que tienen que ir a por todas.
Con la aclimatación tan irregular que llevan estas últimas jornadas, ¿tendrán el cuerpo preparado para el ataque a cima en las próximas semanas?
Ahora tienen que cambiar el chip. Es igual que cuando llega el día de hacer cumbre. Ahí hay que olvidarse de todo y tirar para arriba. Pues aquí igual. Sólo mirar para delante.
En altitud hay una presión atmosférica distinta y estos también tienen la suya y muy grande además...
Todo eso tiene que quedar a un lado. Tiene que estar todo atado, controlarse muy bien, igual que en el monte y olvidarse de las presiones y de todo aquello que no tiene nada que ver con el juego.
Entonces, ¿qué mensaje les daría?
Pues que tienen que ir a hacer lo que saben, que es jugar al fútbol, algo que han demostrado que saben hacer muy bien. Y a ganar, por supuesto. Lo de un juego vistoso o no vistoso ya llegará. Ahora a ganar sí o sí.
¿Le hará falta oxígeno para este ‘ochomil’ que le viene ahora o será capaz de subir sin ayuda artificial?
Bueno, este Alavés puede subir sin oxígeno perfectamente.
¿Por qué lo ve tan claro?
Porque aquí en Vitoria hay un aire muy bueno, que les va a dar mucha fuerza. Estarán bien hidratados de este aire puro y de la buena gastronomía que tiene la ciudad, que no es doping por poco.
¿Qué avalanchas pueden esperarle a la vuelta de la esquina?
Lo que está claro es que tienen que estar preparados en todo momento para correr a tope y que no les pille ninguna. Y si llega una avalancha, que sea de fans que van a saludarles y aplaudirles porque se ha conseguido lo que todos deseamos.
¿Tendrá que estar prevenido para el mal de altura?
Eso no creo. Siempre digo que cuanto más rápido se hacen las cosas, menos tiempo le das para que te llegue este problema. Pues al Alavés le aconsejo lo mismo.
Los albiazules no tienen sherpas que les guíen, pero al menos hay 7.000 gargantas que les empujan para que no se rindan. ¿Qué prefiere?
Ahí, ahí. La afición es muy importante, pero también le digo al equipo que son ellos mismos los que deben saber hacerlo porque en algún momento esas gargantas igual están afónicas y ellos deberán saber estar en los momentos más duros.
¿Si pudiera les dejaría un piolet para ascender la pared que les viene ahora?
No, porque habría que darles un cursillo antes y esto se puede volver muy peligroso.
Y, ¿algo de esa fortaleza que sacó en el Kanchenjunga cuando hizo cima desde el campo cuatro y bajó hasta el campo base de una tirada?
La clave es creer en uno mismo. Ellos deben sentir en su interior que pueden con todo. Con todo lo que le eches. En esa ascensión yo sentí esas vibraciones de mucha fortaleza y eso es lo que deben interiorizar ellos antes de cada partido.