Casi tres días de fiesta han tenido que venir bien para despejar la cabeza y las piernas.
A nivel físico nos viene muy bien y es algo que ha estado programado así durante todo el año para tener un par de días de descanso cada dos meses. También te limpias la cabeza, te olvidas un poco del fútbol y despejas las ideas.
Las sensaciones en este tramo final no son nada positivas.
Siempre intentas llegar a estos partidos finales en el mejor momento, sobre todo desde el punto de vista físico, pero después de los últimos resultados llegamos un poco bajos porque no hemos conseguido la victoria que rompa la mala racha. Pese a ello, no podemos dudar de nosotros y este domingo hay que ganar sí o sí para aprovechar los duelos directos que tienen los rivales. Además de ganar en moral, una victoria nos serviría para clarificar mucho la clasificación.
Otra vez ganar sí o sí.
Llevamos tres o cuatro semanas diciendo que eran finales, al principio para luchar por el liderato, luego por el segundo y ahora para clasificarnos para el play off. Ya no nos queda mucho margen: si fallamos otra vez nos vamos a quedar fuera. Quedan tres partidos por delante y toda la ventaja que teníamos con el quinto se ha anulado, así que si fallamos querrá decir que no nos merecemos estar en el play off. Depende de nosotros y tenemos a favor que hay varios duelos directos que pueden aclarar las cosas.
¿Cómo se puede explicar el hundimiento del equipo?
Es difícil de explicar, pero está claro que si hacemos una clasificación de las últimas jornadas no salimos bien parados. Son cosas que suelen pasar en el fútbol y el año pasado ya vimos que al Eibar le sucedió algo parecido. Empiezas a perder puntos y todo se complica porque se va haciendo una bola de nieve cada vez más grande. Pierdes un partido, no ganas el siguiente, empiezas a dudar... Todo estaba a nuestro favor pero no podemos quedarnos en el pasado.
Han cambiado mucho los resultados cuando el juego del equipo sigue siendo similar al de antes.
Quitando partidos muy puntuales, el juego del equipo siempre ha sido muy similar. Lo que pasa es que al principio tuvimos cierta fortuna para llevarnos partidos que tal vez no merecimos ganar y ahora no nos está pasando así. Los fallos defensivos, que es lo que más nos ha lastrado a lo largo de toda la temporada, los teníamos antes y los tenemos ahora. Antes, con los goles que marcábamos, sacábamos los partidos adelante. Ahora que nos cuesta más marcar también sufrimos más para sacar resultados. Ofensivamente hemos funcionado bastante bien, pero casi siempre necesitamos dos o más goles para ganar porque hemos dejado la portería a cero pocas veces y a la hora de rematar no siempre suena la flauta.
Otra cosa que no tiene explicación es la enorme cantidad de errores de bulto que tiene este equipo.
No es que ningún equipo se nos haya puesto a tocar como el Barcelona y nos haya llegado tantas veces que es inevitable casi que te metan algún gol. Son fallos de los que puedes tener cinco o seis a lo largo de la temporada, pero que para nosotros es algo común en todos los partidos y, además, nos cuestan goles porque la mayoría de los tantos que nos están marcando vienen de nuestros fallos.
Se ha hablado mucho de este tema, pero no han llegado las soluciones.
Tenemos que minimizarlo. Hay que conseguir que nuestros fallos no se conviertan en goles del rival, que se queden en sustos. En el play off un solo fallo te puede dejar fuera porque esos errores no nos los van a perdonar los rivales.
Queda casi un mes para el ‘play off y uno de los objetivos pasa por que el equipo llegue completo y sin más problemas físicos.
Hemos tenido muy mala suerte. Lo mejor es que hay varios jugadores que están ya en el tramo final de su recuperación y van a reaparecer en los próximos partidos, con lo que vamos a subir el nivel competitivo y también el potencial del equipo.
En lo personal su situación contrasta con la del equipo.
Me están saliendo las cosas, pero los buenos momentos personales solo se disfrutan cuando el equipo va bien. De poco importa que alguien meta cuarenta goles si no se consigue el objetivo colectivo, que en este caso es el play off.
Puede seguir el equipo su ejemplo de cómo cambian las cosas en apenas unos meses.
La historia ha cambiado por completo desde el verano hasta ahora. No me fui porque no había dinero para indemnizarme y las ofertas tampoco eran convincentes. Me quedé intentando luchar por un puesto y, aunque parecía imposible, poco a poco la cosa empezó a cambiar, llegaron las oportunidades y el balón empezó a entrar. No puedo estar más contento, pero esto no sirve de nada si el equipo no saca resultados.
Supondrá también un cambio de chip importante después de haber pasado dos años bastante malos.
El año de Granada esperaba una temporada muy bonita porque había un proyecto muy importante, pero en el último minuto del primer partido de Liga sufrí una lesión de tobillo de la que no me pude recuperar en todo el año hasta que me tuve que operar en febrero. Lo pasé muy mal y llegué al Alavés aún con molestias, pero el año a nivel personal y de equipo fue malo. Fueron dos temporadas horribles. Ahora estoy contento, pero si dentro de tres semanas no estamos entre los cuatro primeros sería un palo gordo.
Ha metido goles de todos los colores esta temporada.
¡Pues hasta uno con el culo el día de Osasuna B! Y después el del Logroñés desde el centro del campo, de cabeza, con la izquierda, con la derecha... Hay momentos en los que te pilla bien y los metes de cualquier forma, pero otras veces, como el año pasado, lo intentaba todo y era incapaz de meter una.