Vitoria. No sabe el Deportivo Alavés ni siquiera dónde se encuentra en estos momentos. Tras varias semanas vagando lamentablemente por el desierto, se encuentra ahora completamente perdido y cada vez más hundido en una arena que se lo va tragando centímetro a centímetro. Abandonado a su suerte en medio de la nada futbolística, sin síntoma alguno de reacción a la vista, el horizonte que se dibuja amenaza con tormenta. El liderato es una utopía y no menos irreal es el sueño del segundo puesto. Con la trayectoria última de este equipo, incluso amarrar una plaza en el play off de ascenso se presenta como una tarea titánica. Urge una reacción inmediata para no condenar a una nueva temporada a otro deceso prematuro. Levantarse o morir.
Desde que en el mes de julio se conoció el calendario, el derbi con el Eibar en Mendizorroza se vislumbraba como el partido clave del curso. Decidió el Alavés presentarse a este examen con la lección a medio aprender y se encontró con una pregunta que le pilló por sorpresa a pesar de ser esperada. No es que hiciera el Eibar nada del otro mundo, no. El equipo de Mandiola siguió su guión habitual con desplazamientos en largo, efectividad en la estrategia y habilidad para aprovechar los espacios que se le ofrecían. El abultado resultado es el fiel reflejo de un equipo que se ha mostrado incapaz durante toda la temporada de no equivocarse en todas y cada una de sus comparecencias. Si se une a ese desastre absoluto a nivel defensivo el acierto del rival y el desatino propio, el marcador es de los que inducen al sonrojo y levantan ampollas.
Ya antes del primer gol del Eibar se vio que el Alavés no había salido como era exigido. Y eso que ese tanto llegó en el minuto 3. Un Glorioso timorato, sin intensidad, perdido en sus propios pensamientos como si hubiese perdido el alma y la fe que tantos buenos resultados le había dado esta temporada, claudicó desde la puesta en escena. Ni una patada, ni un signo de lucha, ni un amago de zafarrancho. Tiene oxidada la corneta este equipo que antes tocaba a rebato y que ahora ni siquiera tiene fuerzas para enarbolar una bandera blanca.
El partido era de los de arremangarse y para cuando el Alavés quiso darse cuenta ya tenía dos goles en contra. Altuna, primero en un saque de esquina y después tras una gran jugada trenzada en la que la defensa albiazul erró al tirar el fuera de juego, dio carpetazo al partido y a la pelea por el segundo puesto para el minuto 30. Antes había tenido Óscar Martínez el empate en sus botas y poco después pudo recortar distancias Salcedo. Dos remates en el área pequeña y con toda la portería. De los que antes entraban y ahora se empeñan en marcharse por la cloaca cuando también la temporada parece conducirse hacia el sumidero.
debacle total Se perdió en esa ocasión de Salcedo todo amago de reacción alavesista, ya que en la segunda parte tocaba suicidarse en busca de un milagro que al no aparecer condujo al Alavés al cadalso. Otra vez con tres defensas al entrar Jito por Mesquita, la debacle terminó por consumarse al aprovechar los atacantes armeros los espacios que dejó un Glorioso a la deriva. No le hizo falta acierto al cuadro de Mandiola en sus remates, ya que ya estaba por ahí Lago Junior siempre bien colocado para remachar los rechaces perdidos y colocar el 0-4 en el marcador ante un Alavés que ni siquiera dio muestras de vida.
Asegurar un puesto en el play off se convierte ahora en objetivo ineludible y vistos los síntomas que viene ofreciendo este equipo a lo largo de los últimos meses queda claro que no se trata de una meta sencilla. Los rivales vienen acechando ya y aparecen amenazantes en el retrovisor. Necesita el Alavés recuperar la confianza y sobreponerse a todos los problemas que le rodean. Precisa hallar un oasis que le sirva para tomar aire en medio del desierto en el que está hundido.
Goles: 0-1, minuto 3: Altuna. Saque de esquina desde la izquierda de Alex García que remata de cabeza llegando desde atrás Altuna. 0-2, minuto 30: Altuna. Gran triangulación entre Lago, Albistegi y Altuna que deja al mediapunta eibarrés mano a mano con Montero para marcar. 0-3, minuto 30: Lago Junior. Disparo al larguero de Alex García en el que Lago Junior aprovecha el rechace para marcar a placer. 0-4, minuto 81: Lago Junior. El delantero del Eibar aprovecha un nuevo rechace de Montero para marcar.
Tarjetas: López López (colegio castellano-manchego). Amonestó a Casares (minuto 20), Lombraña (minuto 47) y Kijera (minuto 66).