Vitoria. La historia interminable. El Deportivo Alavés podría tomar prestado perfectamente el título de este clásico de la literatura infantil de Michael Ende para definir el farrogoso proceso en el que se encuentra inmerso desde hace meses. Porque pese a que la jornada de ayer, 4 de abril, estaba subrayada en todos los calendarios como fecha límite por su condición de epílogo de la prórroga de la ampliación de capital, lo cierto es que no trajo consigo ninguna novedad sustancial. O, para ser más correcto, habría que decir que la trajo por omisión.

Porque el hecho de que no se resolviera definitivamente el cambio de poder en la entidad del Paseo de Cervantes pese a que, por fin, el sábado Josean Querejeta hiciera público -a través de un comunicado suscrito por Saski Baskonia- su disposición a hacerse con el control del club lleva aparejada una consecuencia inevitable. Y no es otra que la apertura de una nueva prórroga de la ampliación de capital.

Será, esta vez sí, la definitiva. Ruiz de Gauna la pondrá en marcha hoy para lograr el margen de tiempo necesario para que el grupo del presidente baskonista vea satisfechas las condiciones que planteaba en su nota pública y deposite los casi dos millones y medio de euros que le permitirán hacerse con la mayoría accionarial.

Un gesto de los todavía dirigentes de la entidad del Paseo de Cervantes como antesala a su definitiva salida del club. En teoría, Ruiz de Gauna tiene la potestad de decidir si da el paso o no de prorrogar la ampliación de capital y cuándo lo hace. Según las bases que se aprobaron en su momento, disponía de seis meses una vez concluida la segunda fase de la misma para ampliarla en un máximo de dos meses. Como quiera que en esta primera prórroga se han consumido ya tres semanas, la nueva etapa no podrá prolongarse más allá de cinco. Sin embargo, hace ya tiempo que vive acorralado por las deudas y la imposibilidad de hacer frente a los pagos.

Parece inevitable que los actuales gestores y los que pretenden sustituirles mantegan una negociación que permita alcanzar un acuerdo para que el periodo de transición sea lo más tranquilo posible. En este sentido, todo apunta a que el grupo que encabeza Josean Querejeta y la familia Ruiz de Gauna pactarán un traspaso de poderes amistoso que permita a los primeros comenzar a gestionar desde el primer momento y a los segundos recuperar parte de la inversión realizada en su momento.

Un primer paso de este proceso se ha producido con el permiso de los responsables del club a sus sucesores para que revisen cuantas cuentas deseen. Una de las condiciones planteadas por Saski Baskonia en su comunicado era disponer de manera inmediata de "un documento que exprese un reflejo fiel y veraz de la situación económica y financiera del Alavés a la fecha, debidamente aceptado y asumido por el actual órgano de administración, además de una previsión del resultado económico de la presente temporada". Para satisfacer este deseo, Ruiz de Gauna ha dado luz verde a la empresa que audita las cuentas del Glorioso para que entregue a los futuros dueños toda la información que le soliciten. Así pues, el final de esta historia interminable parece poco menos que inminente.