vitoria. Miguel Ángel Álvarez Tomé no podía disimular ayer a la conclusión del duelo frente al Bilbao Athletic una evidente contrariedad. Y es que en su interior tenía lugar una batalla de sentimientos encontrados. Por un lado, la satisfacción por lo que consideraba una buena actuación de sus discípulos y, por otro, la decepción por haberse quedado a medias en la consecución del objetivo de sumar la victoria y tener que conformarse con arrancar un único punto de las instalaciones de Lezama.

"Nos vamos con un sabor agridulce porque creo que merecimos más que el empate. Las mejores ocasiones fueron nuestras pero la pelota no entró", resumió el preparador albiazul. En este sentido, el técnico leonés no dudó en califar como "sobresaliente salvo por el resultado" la actuación del Glorioso frente al filial rojiblanco.

Un adversario que, en opinión de Tomé, "se empleó al doscientos por cien" e incluso llegó "a perder el tiempo en algunos momentos del primer tiempo". Un comportamiento que no terminó de agradar al máximo responsable del banquillo alavesista. "Cuando un deportista sale a jugar debe competir siempre al máximo de sus posibilidades. Si lo hacen así también en los próximos partidos no tendré nada que decir y, si no, no sabré las causas que lo expliquen", espetó.

Sobre lo que no quiso pronunciarse el técnico albiazul fue sobre la polémica actuación del colegiado navarro Leo Ollo, que dejó al equipo con diez en el minuto 50 y le castigó con innumerables tarjetas. "La tarjeta roja es una equivocación porque los jugadores dicen que no han pedido pasos", fue lo único que comentó. Tampoco se pronunció sobre el comunicado del Baskonia.