Vitoria. La goleada a la Peña Sport ha devuelto la alegría al vestuario albiazul. El ánimo, un tanto alicaído tras la derrota ante el Oviedo, se ha levantado de nuevo. "El vestuario está bien. Además marcó gente que no venía haciéndolo y ha sido una alegría para todos", confirmó al respecto Óscar Rico.
Eso sí, el ilicitano pide calma y no quiere que se lancen las campanas al vuelo antes de tiempo. "No hemos ganado a nadie. Somos los mismos que hace dos semanas, lo único que esta vez han entrado todas las ocasiones y el día del Oviedo no, pero seguimos siendo los mismos", apuntó Rico.
El interior tiene claro que hay que tener los pies en el suelo ya que pese a los siete goles marcados a la Peña Sport insiste en que "no hemos ganado" nada. Por eso, el futbolista alicantino reclama "seguir con la misma mentalidad, ser humildes y trabajadores para intentar sacar los máximos puntos posibles".
SER MÁS REGULAR Al menos, Rico cree que el triunfo ante el cuadro navarro sí que debe servir para que el Alavés sea más tenido en cuenta y respetado por sus rivales. Una goleada de estas dimensiones es un puñetazo fuerte sobre la mesa y en opinión del ilicitano, los demás lo deben entender así. "Esto puede ser un punto de inflexión para decir ahí está el Alavés".
De momento, el Alavés, el equipo más goleador de la categoría, uno de los que más ocasiones crea y más pisa el área contraria, vio el pasado domingo cómo le pitaban su segundo penalti, hecho que fue muy bien recibido por la plantilla que veía cierto expediente x en esta situación. "Era una incógnita. Llevábamos ocho o nueve en contra y sólo uno a favor. A ver si se ha roto el mal fario y es el primero de muchos", confió.
Además, el encuentro ante la Peña Sport también sirvió para ver la mejor versión de Rico, un tanto irregular a lo largo del curso. El propio jugador reconoce que ha tenido altibajos y entiende que debería ser "más regular y constante", sobre todo a partir de ahora que llega el final de temporada, cuando el Alavés se va a jugar el primer puesto con Eibar y un Mirandés al que en el vestuario apuntan como el principal rival por esa primera plaza. "Con el Eibar tenemos un partido y dependemos de nosotros, pero ellos nos ganaron el golaverage", precisa el jugador quien reconoció a su vez que fue duro quedarse en la grada después del partido ante la Real B. "Es una situación que no le gusta a nadie". Al menos, tal y cómo desvela le ha servido para aprender la lección. "Después de esa mala racha, he valorado todas las cosas y parece que me ha servido para volver con muchas más ganas".