Los alavesistas que se acercaron hasta Mendizorroza soportando una espectacular tormenta no podían esperarse, ni de lejos, que iban a asistir a una tarde histórica, a un episodio que queda ya grabado en los anales albiazules, a una catarata de goles que sabe a añejo, a fútbol de otros tiempos, casi de blanco y negro, pero con la figura de Txutxi Aranguren, el mítico técnico alavesista fallecido esta semana, mandando desde las alturas rayos para la esperanza. Precisamente, con el entrenador vizcaíno en el banquillo firmó el Alavés el último de sus resultados más abultados. Corría el 30 de octubre de 1994 cuando El Glorioso firmó un 8-5 ante el Real Unión dentro de una temporada, la 1994-95, que culminó con el ansiado regreso a Segunda División. Con Txutxi en el recuerdo, esa gran goleada ya ha encontrado sucesora y ahora sólo cabe esperar que los pupilos de Miguel Ángel Álvarez Tomé emulen la gesta de aquel Alavés de Aranguren.
Eso sí, dentro del calendario oficial no es preciso remontarse hacia atrás tanto en el calendario para encontrar una goleada calcada a la que ayer se llevó la Peña Sport de su visita a Mendizorroza. La pasada temporada, dentro de la Copa Federación, el Alavés también le hizo un siete al Oberena en un partido en el que el vitoriano Jonathan Reguero fue el protagonista con sus tres goles (también marcaron Fran Moreno, Sergio Pardo, Vicente y Eneko). Un hat trick, como el de ayer de Jito o como el que Manolo Serrano consiguió contra el Real Unión en aquel día mágico.
No se acaban ahí las coincidencias entre estos dos partidos separados por dieciséis años. En el duelo con el Real Unión fueron cuatro goles en diez minutos (dos de Serrano, uno de Mújika y el último de Codina, que se unieron a los marcados anteriormente por Castillejo, Crespi y el propio Serrano) los que le permitieron al Glorioso darle la vuelta a un marcador que le era adverso. Ayer, con bastante más tranquilidad por lo abultado del resultado, Esparza, Iván Malón y Óscar Rico consiguieron ensanchar las diferencias y alcanzar los siete goles con tres dianas en apenas cinco minutos que se añadían a las tres conseguidas anteriormente por Jito y a la marcada por Indiano. Acabó la historia entonces con la celebración de un histórico ascenso, vivencia que quiere emular esta temporada un Alavés que sigue escribiendo capítulos con letras de oro en su particular leyenda.
Y es que la de ayer fue la mayor goleada conseguida por el conjunto vitoriano a lo largo de los dieciséis últimos años. En todos los partidos disputados entre ambas fechas en todas las competiciones, exceptuando el ya reseñado partido de Copa Federación del pasado curso, no se recordaba una goleada de semejantes proporciones.
Hasta en cinco ocasiones alcanzó el cuadro albiazul los cinco goles, pero de ahí no fue capaz de pasar hasta ayer de la mano de un Álvarez Tomé que de esto de firmar actuaciones históricas sabe un rato porque la pasada temporada ya protagonizó más de una con el Granada, con el que también consiguió un 7-1 contra el Águilas en el Nuevo Los Cármenes calcado al de ayer en Mendizorroza.
El 5-1 se repetía insistentemente durante los últimos años como el tope máximo de los alavesistas en sus tardes de mayor gloria. Hasta en cuatro ocasiones ha contemplado el estadio del Paseo de Cervantes idéntico marcador en compromisos ligueros. Ante Albacete y Villarreal en la campaña 1997-98; frente al Racing de Santander en la 2000-01; y frente al Vecindario en la 2006-07. También a domicilio la goleada más reciente presenta registros idénticos, el 1-5 ante el Murcia en la 2004-05.
Eso sí, si una goleada, también con el 5-1 como protagonista, destaca en los últimos años de la historia albiazul es la que el Pink Team le endosó al Kaiserslautern en el partido de ida de las semifinales de la Copa de la UEFA de la 2000-01. Dos goles de Contra, Jordi Cruyff, Iván Alonso y Magno marcaron el camino hacia Dortmund, una final continental en la que el Alavés también firmó un registro para la leyenda en el partido más bonito y más cruel de su historia.
Más lejanas en el recuerdo quedan las dos victorias más abultadas del Alavés en su andadura en Primera División. El primer puesto, desde la temporada 1954-55, se encuentra el 7-0 que el conjunto albiazul le endosó al Valencia en lo que sigue siendo la mayor goleada en contra en la historia del equipo levantino. En el siguiente escalón se encuentra el 8-2 al Racing de la campaña 1932-33.
Pero, para goleadas, el 12-0 al Erandio en la campaña 1940-41 y, ya en Copa del Rey, los trece goles que el Alavés le metió al Rentería en la temporada 1938-39. Exhibiciones de otras épocas, de fútbol antiguo y poco orden. Trasnochadas ya, aunque reaparezcan de vez en cuando para recordar viejos tiempos y buenos amigos. Para evocar la leyenda de Aranguren y su último ascenso.