Vitoria. El mundo del fútbol perdió ayer a uno de sus hombres ilustres. Un inesperado y letal infarto segó ayer la vida de Txutxi Aranguren a los 66 años de edad. Paradógicamente, la muerte le sobrevino en el hospital de Cruces adonde había acudido a acompañar a su mujer para una revisión médica.
Aranguren fue un entrenador muy vinculado a la historia del Deportivo Alavés al que entrenó en tres etapas distintas. El portugalujo de gesto serio y corazón noble será recordado siempre por la afición alavesista como el técnico que devolvió por fin al club a Segunda División en 1995 después de cuatro intentonas fallidas en aquellos malditos play off en Segunda B. También fue el que tomó el relevo a Mané ocho años más tarde en un último y desesperado intento por salvar el a la postre inevitable descenso de la Liga de las estrellas.
Fue su única experiencia como técnico albiazul en Primera División. Siete partidos infructuosos en los que nada pudo hacer para corregir una trayectoria que ya se había deteriorado sin remedio para cuando fue llamado de urgencia por su entonces presidente y desde ya antes gran amigo Gonzalo Antón. Se despidió definitivamente del Alavés al año siguiente después de una campaña más al frente del equipo filial.
Aranguren también será añorado por su otro club de toda la vida, el Athletic. El portugalujo debutó como jugador rojiblanco en Primera División a los 16 años y se convirtió en un fijo de la alineación durante trece temporadas entre 1962 y 1974. Lateral izquierdo de raza, completó un total de 247 partidos con la zamarra bilbaína en los que marcó 5 goles y consiguió dos Copas del Rey. También fue internacional juvenil y sub-21.
Su trayectoria como entrenador fue asimismo prolífica tanto como técnico del filial rojiblanco y otros clubes como Recreativo de Huelva, Cartagena, Deportivo de la Coruña, Logroñés -al que ascendió a Primera División-, Sporting de Gijón y Cartagonova.