En lo personal, lleva ya algo más de un año en Vitoria y ha conseguido asentarse después de una experiencia difícil en Córdoba.
Venía de una situación muy desagradable tras quedarme sin ficha el 31 de agosto. No se me trató bien, ni como futbolista ni como persona. Todo el mundo merece un respeto y allí no lo tuve. Pasé media vuelta muy mala y vine al Alavés con mucha ilusión. Llevo algo más de un año y todo lo que no tuve en Córdoba lo estoy teniendo aquí. Renovaré automáticamente si ascendemos y sería una opción muy bonita poder jugar en Segunda con el Alavés.
Supondría una revancha personal.
Había hecho buenos años en Segunda B antes de fichar por el Córdoba y me fui allí porque suponía dar un salto muy importante. Todo parecía muy bonito, todo eran palmaditas en la espalda, pero luego, en el momento de la verdad, se me crucificó dándome la baja el 31 de agosto y dejándome sin ficha de una manera muy fea porque ni siquiera me comunicaron nada. Me enteré por la prensa. Lo pasé mal, pero acerté viniendo a Vitoria. El año pasado no pudimos conseguir el objetivo mínimo del play off, pero este año vamos bien y para mí no puede haber mejor premio que subir de categoría y seguir en el Alavés. Para eso hay que centrarse y trabajar duro cada día porque jugadores, técnicos e institución necesitamos subir como el comer.
Le gusta mucho leer la prensa.
La verdad es que sí. Siempre viene bien para ver lo que se opina, sobre todo después de los partidos. Me gusta leer y escuchar lo que se dice porque de todo se puede aprender. No hay que hacer oídos sordos porque puede ser beneficioso.
También le gusta alborotar dentro del vestuario.
Soy una persona que siempre está de broma, de cachondeo, con la música a tope... Reguero era como yo, pero ahora también tengo parejas de baile. Soy diferente dentro y fuera del campo, me gusta el cachondeo y el entrenador me echa muchas broncas por eso, porque en el vestuario soy el que pone la música bien fuerte y creo que eso suma y que el buen ambiente dentro del vestuario es importante. Hay que saber comerse las broncas y escuchar lo que dice porque si nos tiene arriba es por algo. Hay una persona en el banquillo que nos imprime intensidad y confianza.
Hay piña.
Es impresionante este vestuario y se demuestra en que cuando el entrenador quiere utilizar a alguien siempre responde. Estamos consiguiendo algo muy bonito y todos nos estamos sintiendo partícipes. Somos una plantilla larga y eso es muy beneficioso porque la temporada también es muy larga.
De cara al futuro, ya se está preparando para ser entrenador.
Me veo ligado al fútbol porque no concibo una vida sin él. Las broncas que nos está metiendo el entrenador casi todos los días las puedo meter yo de aquí a diez años. Estoy con el curso de entrenador, haciendo las prácticas con el Benjamín B del Alavés y quiero ser técnico en el futuro. Son niños de ocho años y dan casi la misma guerra que nosotros porque son muy difíciles de torear, aunque todos me dicen que están contentos conmigo. Además, los niños están respondiendo con resultados y ellos son el futuro del Alavés. Quiero ser entrenador, pero espero que me queden muchos años de jugador.