Vitoria. A partir de ahora, su imagen ilustrará las teorías que ensalcen el valor de la fe y la confianza en las posibilidades de uno mismo al margen de los contratiempos de mayor o menor importancia que se presenten por el camino. Es el ejemplo perfecto de que, al menos a veces, el trabajo y el afán de superación ofrecen su recompensa. Evidentemente, no es otro que Óscar Martínez, que ha pasado de no entrar en los planes del Deportivo Alavés para el presente ejercicio y ser descartado por la dirección deportiva a ser un fijo en las alineaciones titulares de Miguel Ángel Álvarez Tomé y una figura imprescindible en la buena marcha del equipo. Se trata, en definitiva, de un modelo perfecto de reconversión.
Su camino, en cualquier caso, no ha resultado ni mucho menos sencillo. Tras vivir durante 2010 un infierno tanto en lo personal -lastrado por las lesiones y sin apenas oportunidades de demostrar su nivel- y lo colectivo -la errática trayectoria global del Glorioso tampoco lo ayudó lo más mínimo-, arrancar la hoja de San Silvestre del calendario debió suponer una auténtica liberación para él.
Adoptando el dicho de año nuevo, vida nueva, el delantero gallego afrontó la entrada en 2011 con fuerzas renovadas y los resultados no tardaron en llegar. De esta manera, fue rehabilitado por el club y Tomé no tardó en concederle su primera oportunidad de la temporada. Fue el pasado 9 de enero, en la vigésima jornada de Liga, y su salida al campo del Caudal en el minuto 72 de la contienda sustituyendo a Javi Casares no pudo resultar más providencial. Así, cuando el duelo parecía definitivamente encaminado al empate a un tanto, el delantero gallego comenzó a reivindicarse con un gol que permitió que los tres puntos viajaran en el autobús albiazul de regreso a Mendizorroza.
A partir de ahí, todo ha ido rodado para el jugador orensano. Partido a partido ha ido dando muestras de su potencial hasta convertirse en la principal referencia ofensiva del Alavés en esta segunda vuelta de la competición. Los datos, no dejan el más mínimo margen de duda. Con ocho tantos en su cuenta particular, se ha convertido en el máximo realizador del equipo con idéntico número de dianas que el asturiano Geni. Pero es que el mérito de Óscar Martínez resulta todavía más reseñable si se tiene en cuenta que ha conseguido esa importante cantidad de goles en solamente diez partidos de Liga disputados. Un promedio de casi un tanto por contienda que a buen seguro firmaría cualquiera de los megacracks de la Liga de las estrellas.
Cadencia notable Tras su estreno en Mieres, el diecisiete albiazul recibió un tremendo golpe de confianza siete días después al perforar por dos veces la portería de Osasuna B. Pese a formar en el banquillo al inicio del duelo, Tomé le concedió la alternativa en el descanso y participó activamente para dar la vuelta al marcador -el cuadro navarro se había adelantado en el minuto 41- y hacerse con el triunfo.
Después de un pequeño paréntesis en el choque contra el filial de la Real Sociedad, Martínez regresó fiel a su cita con el gol en la vigésimo tercera jornada. Y lo hizo de nuevo por partida doble para doblegar con contundencia al Real Unión en uno de los mejores partidos del equipo en Mendizorroza en el presente ejercicio. Una semana después volvió a marcar en Las Gaunas antes de vivir la que hasta ahora ha sido su sequía más prolongada ante Gimnástica de Torrelavega y Barakaldo. El gol ante el Palencia le quebró, aunque no proporcionó puntos, y el domingo aumentó su notable racha a costa del Sporting B.