Vitoria. El examen médico al que fue sometido ayer Iván Malón descartó que sufra una lesión de gravedad, pero las molestias que el lateral valenciano arrastra en su pierna derecha hacen que sea casi imposible que pueda jugar mañana contra el Sporting B. El defensa albiazul sufre una pequeña elongación en el bíceps femoral de su muslo derecho y necesita unos días de reposo para superar el dolor que viene arrastrando en los últimos días, así que su presencia en el compromiso de mañana está prácticamente descartada, aunque se espera que pueda ser de la partida en la visita al Oviedo.
Su puesto en el lateral derecho dentro del once titular lo volverá a ocupar un Tiago Mesquita que en fechas recientes ya tuvo que asumir la responsabilidad de suplir la ausencia de Malón cuando el valenciano se rompió la nariz. Así, el portugués volverá a ser una pieza fundamental dentro del equipo.
Además del referido caso de Iván Malón, quien también lo tiene bastante complicado para poder ser de la partida mañana un Jon Moya que sigue resentido por culpa del fuerte golpe en el gemelo que recibió en el compromiso del pasado domingo contra el Mirandés.
El defensa vizcaíno apenas ha trabajado junto al resto del grupo a lo largo de toda la semana y los únicos minutos de exigencia que completó llegaron en el entrenamiento a puerta cerrada del pasado jueves en Mendizorroza, aunque ni siquiera entonces pudo tomar parte en todos los ejercicios con sus compañeros.
La de ayer fue una sesión de trabajo muy suave en la que Moya participó con total normalidad en los juegos con el balón dispuestos por el cuerpo técnico, así que la prueba definitiva para saber si puede jugar mañana le llegará hoy, con un último entrenamiento en el que Miguel Ángel Álvarez Tomé acostumbra a subir el grado de intensidad para probar los últimos aspectos tácticos de cara al partido.
Si el vizcaíno no puede ser de la partida, lo mismo que ocurrió hace un par de semanas, la defensa tendría que reestructurarse de nuevo con el regreso de Morcillo al lateral izquierdo y la reintegración de Ander Alaña en el centro de la defensa para formar pareja de nuevo con Igor Cuesta.
Quien continúa con su particular proceso de recuperación es un Jules Pardo que ayer se sometió en su rodilla dañada a una aplicación de plasma rico en factores de crecimiento que tiene como objetivo ayudarle a superar los problemas que sigue arrastrando en la articulación y que le han dejado en el dique seco durante los tres últimos meses de competición.