Cuatro jornadas consecutivas sin ganar han echado por tierra una labor que parecía encaminar el liderato y la calma. Dos puntos de los doce posibles ha sumado el equipo vitoriano, cifras completamente insuficientes para un equipo que aspira a liderar el Grupo II y cuyo objetivo final es un ascenso que pasa en buena medida por asegurar dicho liderato. No han dejado pasar esta oportunidad servida en bandeja de plata por el propio conjunto albiazul sus rivales más directos. Así, el Eibar recupera la primera posición que durante tanto tiempo ostentó ocho jornadas después de haberla dejado escapar. Y el problema es que ahora el cuadro armero no es ya el único rival de un Glorioso que con sus constantes tropiezos ha invitado a nuevos rivales a la pelea por las primeras plazas.
Después de cuatro semanas consecutivas sin conocer la victoria, ya ni siquiera se puede dar por hecha una clasificación para el play off que no hace tanto parecía una realidad. El quinto clasificado, el Logroñés, se sitúa ahora a siete puntos de diferencia del conjunto vitoriano. La renta, con treinta puntos por disputarse, parece suficiente, pero visto el último mes no se puede asegurar dicho extremo.
A cinco puntos se ha quedado el cuarto clasificado, un Real Unión que a pesar de su irregularidad se afirma en puestos de play off y amenaza con recuperar alguna posición para no encarar las eliminatorias desde un puesto que otorga a su propietario una manifiesta inferioridad. Más amenaza, eso sí, representa el propio Mirandés. El equipo de Carlos Pouso se llevó los tres puntos en el enfrentamiento directo de ayer entre rojillos y albiazules y ya sopla en la nuca de un Alavés que ve su renta mermada a dos puntos. Y, encima, el golaverage queda en manos del Mirandés en caso de un posible empate.
Pero, sin duda, lo peor de toda esta crisis lo representa el hecho de tener que volver a mirar hacia arriba en la clasificación. Ocho jornadas consecutivas observando a todo el mundo desde una elevada posición de privilegio han quedado hechas añicos después de cuatro semanas sin ganar. El Eibar no convence pero gana, que es lo que cuenta, y ya suma dos puntos de ventaja sobre un Alavés que llegó a estar en dos ocasiones cinco puntos por encima del cuadro armero.
Cabe agarrase ahora a la solvencia anteriormente mostrada por el equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé y también a un calendario que se muestra benigno con el cuadro vitoriano. El enfrentamiento directo con el Eibar puede marcar la definición de un liderato fundamental para optar con garantías al ascenso. Además de dicho partido, el del Lemona es el único que tiene el Alavés contra un equipo de la zona alta. Los otros ocho, todos contra equipos en apuros. Hay esperanza.